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@RicardoMonreal a Control de Precios ¡No!
Suena bien, hacer algo para que el precio de las medicinas, baje.
La cuestión es que Ricardo Monreal y muchos legisladores más, por no decir que casi todos, creen que controlando los precios mediante una ley, con ello bastará para que ipso facto, bajen los precios, en éste caso, de las medicinas.
Si así fuera de fácil la economía, con puras leyes, ya se hubieran resuelto todos los problemas del mundo, no solo de México.
Histórica y económicamente está demostrado que la única forma de hacer que los precios de los productos y servicios, bajen, es mediante la competencia.
“… se detalla en la iniciativa… que 80 por ciento de los retrovirales en México está en manos de un oligopolio de farmacéuticas…” (La Jornada. 20.02.19)
Como se puede deducir, conforme a la nota de La Jornada arriba referida, en la misma exposición de motivos, la iniciativa del senador Monreal, señala precisamente la causa del elevado precio en México, de medicamentos, de procedimientos e insumos para la salud, éstos están “… en manos de un oligopolio…”
Luego entonces, lo que se tiene que hacer es estimular a que ingresen al país, otras empresas farmacéuticas y laboratorios; o que ingresen otros medicamentos, importados por otras empresas, no por las mismas que controlan el mercado mexicano; así como también, fortalecer los presupuestos para investigación de universidades y centros de investigación mexicanos, apoyar financieramente y de largo plazo, a investigadores nacionales, para que desarrollen medicamentos e insumos para la salud, mexicanos.
Creer que mediante una reforma al artículo 31 de la Ley General de Salud, las medicinas bajarán de precio, lo único que va a provocar esa reforma, es que haya escasez, lo que a su vez generará un mayor incremento en los precios de las medicinas, luego entonces, la reforma en cuestión tendrá un resultado opuesto al que se pretende obtener.
La misma nota de La Jornada expone lo dicho por Luis Adrián Quiroz, de la Red de Acceso: “Lo barato no necesariamente sale más económico. Preocupa… garantizar que realmente los pacientes tengan la mejor opción terapéutica… se requiere incluir la experiencia que tienen los usuarios y médicos… y que no se decida desde un escritorio”.
Lo que apunta Luis Adrián, puede ser otro resultado contraproducente para la salud de las y los mexicanos, después de la reforma: que los medicamentos sean menos efectivos, con tal de que sean “baratos”.
Da la impresión de que al senador Monreal y a muchos legisladores, tanto federales como locales, les cuesta trabajo T R A N S F O R M A R S E, pues siguen legislando “a la antigüita”. Viendo hacia el pasado, en lugar de ver hacia el futuro.
Legislar para el futuro, implica C A M B I O. No veo al senador Monreal, con la iniciativa de reforma al artículo 31 de la Ley General de Salud, legislando para el mejor futuro en cuanto a la salud de las y los mexicanos, ya que ese tipo de control de precios que pretende, se ha aplicado en el pasado, con resultados desastrosos, no solo para la economía del país, funestos para el bolsillo de las y los mexicanos.
Todo intento de control de precios, siempre va a traer como resultado: escasez, carestía y mercado negro.
Lo he dicho aquí y nuevamente lo reitero: sobre Monreal pesa la grave responsabilidad de hacer realidad la cuarta transformación, pero con ese tipo de iniciativas de reforma de ley, la hará imposible.
Con iniciativas legislativas como esta, torpedea al presidente de México. Boicotea la posibilidad de la cuarta transformación.
Valor & Ideas
#MOVILIDAD TLAXCALA, ¿APUESTA AL PASADO?
José Miguel C. Núñez Núñez
Desconozco la iniciativa de ley o de reforma, que fue desechada por el Congreso del Estado de Tlaxcala la semana pasada, ante la “presión” de los transportistas del servicio público urbano y suburbano de pasajeros. Por tal motivo, las presentes reflexiones sobre el tema, apuntan, como ya lo hemos hecho en colaboraciones anteriores, a hacer ver, a todas y todos los involucrados en la materia, pero sobretodo, en función de las y los usuarios del transporte público de pasajeros, quienes son finalmente los que pagan y sostienen dicho servicio.
Servicio de pasajeros que por cierto es público, concesionado a particulares, que han hecho de él, un monopolio. A éstas alturas, mantener y defender monopolios, es lo más antieconómico que hay en cualquier parte del mundo, incluyendo Cuba.
Me sigue pareciendo una contradicción muy nuestra, muy “mexicana”, pretender hacer creer a las y los demás, que un monopolio es mejor que la competencia entre más de dos productores y prestadores de servicios, porque tal pretensión, ya ni siquiera en Cuba se sostiene. Cuba está abriendo su economía. Bueno, ya hasta nos ganó en materia de petróleo, ellos llevan muchos años ya, con inversiones privadas extranjeras en su producción.
Por lo que en el caso del transporte público de pasajeros, sería sumamente miope, por decir lo menos, dejar las cosas como están, porque sería mantener en el atraso a Tlaxcala y condenarlo a no crecer.
Es muy simple. Estamos ya en el siglo XXI. Pretender que nada cambie, que todo siga igual en materia de transporte, es no insertar a Tlaxcala en la gran oportunidad de colocarse, por su ubicación geográfica, en uno de los nodos logísticos más importantes, no solo del país, sino de los países de América del Norte, de Centroamérica y del Pacífico.
Pero para que eso pueda ser posible, requiere contar con un transporte de pasajeros y de carga, más rápido, seguro, confiable y bueno. El Banco Mundial prevé para 2030, que el tráfico alcanzará los 80 mil millones de pasajeros-kilómetros. 50 por ciento más, que el tráfico mundial en estos momentos y el tráfico de carga crecerá 70 por ciento.
El transporte es un soporte decisivo en todo proceso de desarrollo y crecimiento económico y social. Los paisajes en cualquier parte del mundo, no mienten: caminos de terracería, siempre están en núcleos de población poco desarrollados y con escaso o nulo crecimiento económico. Donde quiera que se hallen y tejan las carreteras pavimentadas, a sus lados y en los puntos de destino, forzosamente se dan los cambios en materia económica y social.
Ha faltado que el Estado esté presente ahí, para regular y estimular aún más, dicho crecimiento y desarrollo, para que no sea solo un grupo el que se beneficie (monopolio) y se generen localmente una serie de actividades económicas de apoyo al sector transporte federal, nacional e internacional e incluso, como en el caso de Tlaxcala, se incentive la industria alimenticia, de hospedaje y turística de cada lugar, que sin ser de grandes proporciones, si sea de calidad y competitiva a nivel mundial, que es lo que aquí hemos ya compartido en cuanto al concepto de desarrollar empresas locales con proyección mundial, es decir, empresas glocales.
Esto es precisamente a lo que tiene que apostarle Tlaxcala, a diseñar una movilidad moderna y sostenible, abierta a todos los tipos y modalidades de servicio. Porque el transporte tiene que permitir un acceso equitativo a todas y todos los usuarios, en tal sentido, tienen que abrirse las opciones de movilidad a todo tipo de transporte, que cubra los requisitos de seguridad, protección, eficiencia y ecológico.
Para ello se requiere una infraestructura multiopcional de transportes y a todas ellas, tiene que abrirse una ley nueva de movilidad. Pensar que solo “las combis” y los taxis tradicionales, sigan siendo las únicas opciones de movilidad para las y los tlaxcaltecas, es no darse cuenta que la realidad ha superado a dichas opciones y hoy, los propios pasajeros usan múltiples opciones ya.
Las “plataformas” que operan como servicio de taxi, serán más comunes y se irán transformando, como el car-sharing (compartir un vehículo), el ride-hailing (transporte privado mediante una red de contactos directos entre particulares) y carpooling (uso compartido de vehículos). La tecnología de vehículos conectados y autónomos, ayudará a optimizar la utilización de las carreteras y calles en las ciudades.
Tlaxcala tiene que apostarle a una ley de movilidad sostenible para todas y todos, no solo para las y los que puedan pagar el servicio de un taxi tradicional, que a pesar de que algunos ya dan servicio con tarifa marcada por taxímetro, el “banderazo” lo dejaron tan alto, que seguirán siendo los “reyes” del centro del país, por tener la tarifa más alta.