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El diálogo civilizado entre el liberalismo y la izquierda puede ser muy útil en sí mismo y para apartarnos de tres caminos deplorables: la restauración autoritaria, el redentorismo caudillista y el continuismo mojigato.
Enrique Krauze
El pasado domingo MORENA acordó en su quinto congreso nacional tres pasos trascendentes para la vida interna del partido. Tales acuerdos inauguran el funcionamiento propiamente institucional del nuevo partido mayoritario de México, y por lo mismo deben preocupar a los que por razones profilácticas y democráticas recibimos con ingenuo optimismo las palizas a PAN, PRI y PRD.
Preocupa que López al parecer supone que ganó la elección merced a su mediocre participación en los debates, la dudosa propaganda del portal Regeneración, la casi inadvertida labor de MORENA y la no-acción de sus candidatos a legisladores.
Así se hacen las confusiones…
Al adjudicar a MORENA todo o casi todo el mérito del 1 de julio, soslaya López que no fueron las deslucidas campañas de sus gallos lo que les dio tan abrumadora victoria, sino hablando en plata cierto hartazgo apartidista y antipartidista de los ciudadanos de México que hizo de los vencedores un pararrayos.
Ciudadanos a los que hoy, en sincronía con dicha falacia comodina, han comenzado a dar la espalda López y sus seguidores. Igual como en el 2000 hizo el presidente electo Fox.
Las reformas estatutarias aprobadas mediante la ominosa unanimidad tan cara a la clase política mexicana en general -y también a déspotas chinos y tiranos isleños-, son las siguientes:
1.Reelección inmediata en los cargos ejecutivos de MORENA (el pretexto resobado es que “no están dadas las condiciones” para implantar la democracia interna)
2.Autorización al CEN moreno para designar delegados que sustituyan “temporalmente” a los presidentes locales del partido (estatales y municipales); y
3.Creación de un Instituto Nacional de Formación Política (INFP) que consumirá 50% del apetitoso subsidio anual al partido, algo así como 400 millones de pesos (1.1 millones cada veinticuatro horas).

El conjunto expectora un tufillo leninista innegable.
La más exótica, a juicio del escribiente, es la reforma tres. Ciertamente aún es temprano para formarse un juicio cabal, mas en un país acostumbrado desde siempre –como toda Latinoamérica- al autoritarismo embozado tras formas y signos verbales propios de la democracia occidental, llama la atención tal prisa adoctrinadora.
¿Por qué podría ser tan prioritario dar a luz “un instrumento para la movilización política y cultural” organizado en “círculos por sector (estudiantil, laboral, agrario, etc)”, al fin de adoctrinar simpatizantes a través de “seminarios, talleres, conferencias y círculos de estudio en tres niveles: básico, medio y avanzado, con una bibliografía mínima por cada uno”?
“La intención es que en cada escuela, en cada barrio, en cada ciudad, tengamos gente que entienda nuestro proyecto y pueda transmitirlo a sus vecinos. Creemos que esta es la mejor forma de socializar nuestro proyecto de nación y de defenderlo”, reza el proyecto aprobado sin oposición el domingo 19. “Se busca que tenga escuelas en todos los estados y en todas las comunidades”, se precisa en el portal parapartidista Regeneración.
Claramente López y su brazo político Yeidckol Polevsky no confían en la educación cívica que en democracia resulta de la libre interacción de influencias familiares, instituciones educativas y religiosas, escritores, periodistas, artistas y una gama variopinta de opinólogos, influencers y también políticos y activistas diversos.
Se pretende, pues, homogeneizar masivamente a los jóvenes en un punto de vista al que cabe llamar morenista. Cabe preguntar si asistimos al primer paso de un proyecto de adoctrinamiento masivo del pueblo. Ojalá no. No lo merecerían los mexicanos que el 1 de julio protagonizaron una insólita, admirable rebelión electoral contra los abusos y costumbres de los políticos mexicanos.
No nos merecemos otro ICAP como el fundado por Jesús Reyes Heroles en 1971 que dio al PRI egresados tan dudosos desde una óptica democrática que aspire a un mejoramiento de la res pública, como Carlos Salinas de Gortari, Beatriz Paredes Rangel, Patricio Chirinos, Manuel Camacho Solís y Emilio Lozoya Thelmann. ¿Será el Instituto de López como el ICAP -ICADEP desde 1996- y se apoyará asimismo en becas para entenados sustentadas en recursos púbicos triangulados por gobiernos estatales amigos y de dependencias federales?

La noticia confirma que López no piensa retirarse como hace cualquier presidente democrático de su edad a la vida privada una vez concluido su mandato, sino que desea legar su ideario personal aun cuando todavía no está claro si podrá ser, según ha prometido, “uno de los mejores presidentes de México”.
¿Y si la presidencia de López saliera tan regular como las de tantos otros presidentes? ¿Cuál es la prisa de encuadernar un legado que aún está por verse? ¿Por qué no esperar al menos un par de años a ver cómo pinta su administración? López no quiere esperar. Tan convencido se halla de que será un buen presidente, que ya ordenó embalsamar su ideario político cuando ni siquiera ha asumido el poder.
Por lo pronto, en la planta docente de la inminente escuelita de MORENA predominan perfiles neomarxistas derrotados en la Guerra Fría, comunistas reciclados, apasionados “periodistas” militantes, ardientes activistas antiyankis, admiradores de los dictadores Castro, Maduro, Ortega y Evo, fanis de los ladroncetes certificados Lula y Kirchner, algún teólogo de la liberación y varios compañeros tontos de viaje dedicados al activismo socializante (o camuflado holista).
Se salvan algunos pocos, como la octogenaria y más bien decorativa Elena Poniatowska. Pero destacan por su número los ¿ex? marxistas ortodoxos Héctor Díaz Polanco y Enrique Semo, el neocomunista solapado José Valenzuela Feijoó y el anticapitalista John Saxe Fernández, el chavez-madurista John Ackerman, el evoista Armando Bartra, el socialista de todos los moles Paco Ignacio Taibo II, el liberacionista Enrique Dussel, sin faltar periodistas militantes como Carlos Fazio y Jesús Ramírez.
No es descabellado presuponer que la educación recetada por el Instituto de López entrañará una reivindicación abierta o reciclada de los enfoques marxileninistapensamientomaotse; muy probablemente será más amigable con las dictaduras pro-totalitarias que con las democracias; y of course será abiertamente anti-imperialista (léase anti-yanqui, porque dicha planta docente suele soslayar hasta ocultarlos en su abundosa propaganda escrita, los imperialismos ruso, chino y cubano).
Así las cosas, me pregunto si acogerá el Instituto morenista conferencias magistrales de algunos santones vigentes de la actual izquierda latinoamericana e internacional.
¿Tal vez algunas ideotas de “la mente más perfecta del universo” (así lo definió su papi), el porkijunior nuclear divinizado Kim Jong un? ¿Acaso algunas tesis tóxicas del neozar envenenador Putín o del déspota sonriente XI, ilustrativas de métodos y técnicas ad hoc al noble propósito de perpetuarse en el poder en beneficio (ajá) del pueblo y la Humanidad toda?

¿Y por qué no una cátedra de economía proletaria antineoliberal al alimón entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello? Versaría uno sobre la novísima teoría económica del “cero mata ceros”, expuesta en red nacional esta semana; y el otro sobre el papel fundamental de la Marina y la Aviación para hacer valer en los supermercados y tianguis de Caracas los precios decretados por el gobierno, según explicó el miércoles el nepotista favorito del dictador a correligionarios uniformados de rojo.
¿Darán cabida las aulas morenistas a los escandalosos aportes de Lula y la Kirchner, relativos a la innegable utilidad revolucionaria de las coimas o moches a cambio de contratos de obra pública? ¿Trasmitirán a las morenas y los morenos de cuño nuevo, Daniel Ortega y señora la sabiduría práctica para detectar y aniquilar in situ a estudiantes in-du-da-ble-men-te conjurados en un enésimo compló’ de la CIA y el malvado Imperialismo gringo? ¿Y/o la invaluable enseñanza de Castro Ruz Segundo, relativa al valor estratégico de reeditar la coartada Osvaldo Dorticós en Díaz-Canel al fin encomiable de distraer a compañeros tontos de viaje?
En fin, a modo de remate de fin de curso ¿qué tal una saborizante pizca de lugares comunes a cargo del nieto del cacique bueno de Michoacán y fundador de la dictadura perfecta PRM-PRI, Lázaro “El Rennacido” Batel?
Mmmm…
Yo ya me estoy preocupando. Y es que al parecer, ahora, a escasos 55 días de las votaciones, la prioridad máxima de López podría ser ya no el combate a los flagelos de la pobreza, la inseguridad y la inmoralidad… sino adoctrinar cuadros.
Para “conservar lo que hemos ganado”, explicó el presidente electo a sus huestes el domingo 19.
COHETERÍA
+ Si Fox se amigó desde antes de tomar posesión con “tepocatas y víboras prietas” (la versión guanajuatense de “la mafia del poder”), señaladamente con el mismo Rodríguez Alcaine que amagó una huelga nacional para impedirle asumir la presidencia de México, López no se quiere queda atrás. Según numerosos indicios, va en camino a reeditar a marchas forzadas la traición histórica que el gerente ranchero hizo a los ciudadanos mexicanos.
Al impresentable Manuel Bartlett y el heredero del sindicato minero Gómez Urrutia, sumó esta semana a Ignacio Ovalle (secretario particular hace 43 años de Luis Echeverría y jefe de la Conasupo de Salinas de Gortari) y a los octogenarios Javier Jiménez Espriú (socio con su esposa de la empresa Idesa, coligada con una filial de Odebrecht en negocios con Pemex, paraestatal a la que sirvió como funcionario), así como al cartucho quemado Porfirio Muñoz Ledo.

Ovalle comandará Segalmex, organismo que al sustituir a Liconsa y Diconsa tendrá bajo su responsabilidad paliar el hambre de 54 millones de pobres (ante las dudas, el futuro director de Seguridad Alimentaria ya avisó que le vale si lo llaman populista por lo que piensa hacer…). Jiménez será ministro, y precisamente en una secretaría campeona de las licitaciones de obra pública (entre las cuales el NAIM…). Muñoz Ledo podría convertirse en jefe de la bancada morenista en la cámara baja, donde está por verse si le alcanzarán sus menguadas energías para hacer valer ante el próximo presidente de México la separación de poderes propia de las repúblicas democráticas, o si reeditará la opción degradada que se practica en las seudo repúblicas de China, Norcorea, Cuba, Rusia y Venezuela…
Demasiados resucitados, muchos viejitos con pasados opacos, y los que no, izquierdistas en busca de revancha. Mal pinta el equipo de López.
¿No entendió entonces que no debe los 30 millones de votos a los encantos de la morena, sino a una atronadora e inconfundible esperanza de romper con el pasado y los gobernantes del ayer?
Por lo pronto ya desertó la lúcida, valiente y genuina activista democrática Tatiana Clouthier.

+ La indiferencia de López ante las tragedias en curso en Nicaragua y Venezuela adquiere ribetes de escándalo. Del país sitiado por la camarilla neocomunista de cleptócratas y narcotraficantes que encabezan Maduro y Cabello, han escapado este año 3 o más millones de personas. Huyen en familia hacia el hostil Brasil y principalmente a Colombia, donde el presidente democrático Iván Duque les abrió los brazos y brinda apoyos generosos (incluso dio instrucción de admitir a niños sin papeles en escuelas públicas). Sólo en Colombia ronda el millón de refugiados, medio millón en Perú y otro tanto en Ecuador. El río de viandantes se alarga hasta Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay. Caminan y caminan a la vera de las carreteras con algunos bienes a cuestas, duermen donde les cae la noche. Para colmo, los gobiernos del interino Martín Vizcarra y de Lenin Moreno han decidido erigir un muro burocrático: pedirán pasaporte a los indocumentados.
Me pregunto si para encubrir a los dictadores Maduro y Ortega, los docentes del Instituto adoctrinador de MORENA harán mutis como antes con los crímenes de Stalin y con los dueños de la antaño próspera Cuba.
López y otro resucitado, Marcelo Ebrard, ya avisó de que va la cosa. La desempolvada doctrina Estrada se presta admirablemente, so pretexto de la no intervención, a tan inhumana indiferencia ante pueblos que son abusados por tiranos cuando estos son “de izquierda”.