Código Tlaxcala
“Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural”. Kofi Annan
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Glosa al Lira 2019

Tal vez lo entendiera Miguel N. Lira, que algo tuvo de periodista. Al poeta parecería enigmática o cuando menos curiosa la convocatoria 2019 del premio que lleva su nombre, primera de la era 4T (descargar abajo). Ello porque una noticia en el sitio web del legislativo local informa que el premio del Congreso de Tlaxcala “reconoce la (sic) trayectoria, constancia y profesionalismo de los expertos de la pluma”. ¿Por qué si es premio para tales expertos apenas se menciona la calidad, la redacción de las noticias o los géneros del oficio? Anticipo descalificaciones de moda en estos tiempos confusos y esperanzados, al solicitar la indulgencia de hipotéticos juzgadores y pedirles mirar a las razones o sinrazones siguientes, nacidas en todo caso de la buena fe y asimismo ¡ay! de mi limitada inteligencia.

 

Irma Garay (PT).

 

Mi primer desacuerdo con la convocatoria 2019 al Premio “Miguel N. Lira” del Congreso de Tlaxcala, es el jurado. Los diputados no están capacitados para evaluar a periodistas. Además, es moralmente impropio que el supervisado juzgue al supervisor. Un abuso indigno de la mayoría política que prometió y promete un cambio de raíz en Tlaxcala y México. ¿Por qué no decidieron (supongo que asesorados de algunos colegas) conformar un jurado de periodistas que saben del oficio? Sería ideal invitar a periodistas acreditados con premios internacionales o nacionales; o en su defecto, colegas premiados en otros estados que aceptaran la invitación. ¿Por qué no invitar a ganadores anteriores del Premio Lira a condición de que no concursen esta vez? Sería interesante, pues en su voto arriesgarían los galardonados de ayer su propio prestigio profesional. En fin, los diputados de Tlaxcala tenían muchas opciones para cambiar para bien la historia del premio “Miguel N. Lira”, mas eligieron la peor, una que impone al gobernante como juzgador de los periodistas que en democracia son ni más ni menos que sus vigilantes y críticos. Así, Irma Garay (PT, hija del delegado de ese partido y exdiputado Silvano), José Luis Garrido Cruz (PES) y Ramiro Vivanco (MORENA), hacen mayoría en la comisión de cuatro que rellena Miguel Ángel Covarrubias (MC). La nueva mayoría tiene el sartén por el mango. Es un hecho que los legisladores de la 4T (plurinominales los tres) decidirán cuáles periodistas tlaxcaltecas merecen el galardón. ¿Sabrán juzgar bien, atenidos a criterios periodísticos y no a intereses de pandillas políticas o ideológicas?

Por ejemplo ¿renunciará el juez y parte Garrido a cobrar revancha a los reporteros que dieron cabida a denuncias públicas de dos secretarias del PES de Tlaxcala, por acoso sexual? Imposible saberlo. (Ni cabe hacer abstracción en este punto de la manía del inquilino de Palacio Nacional contra unos periodistas a la vez que promueve desde su alta investidura a otros menos críticos de su presidencia…).

Con todo respeto (otra frase de moda), el actual Congreso de Tlaxcala acomete inconsciente o intencionalmente un abuso de poder –y se exhibe vulgar, algo bananero me permito decir.

José Luis Garrido (PES).

 

Entretanto el espíritu del poeta honrado por el Congreso local inspira para bien a los diputados de la Comisión Especial que evaluará a los periodistas tlaxcaltecas, me permito apuntar otra crítica a la primera convocatoria 4T. Además de redactada con las patas (literariamente hablando), la convocatoria es indeseablemente ambigua. El problema con la ambigüedad (a propósito o por mala redacción) es que da manga ancha a la interpretación, en el caso de los integrantes de la Comisión Especial. En efecto, los juzgadores Garay, Vivanco y Garrido podrán decidir cuáles colegas llenan mejor los porosos criterios de Trayectoria, Constancia, Perseverancia, Profesionalismo e impacto Social.

Mas veamos más de cerca los criterios 4T del Congreso de Tlaxcala.

De entrada, Perseverancia y Constancia son sinónimos. ¿Por o para qué el énfasis; entraña mensaje? ¿Por qué no redactar “constancia o perseverancia” en vez de separar los sinónimos con coma como si significaran algo distinto? Me pregunto si tomarán en cuenta los diputados evaluadores la regularidad con que los concursantes publican sus trabajos; o si la búsqueda de la nota en muy diversas fuentes; o si la fijación por política de empresa del reportero en una fuente obligatoria; o todo eso o más. Ojalá no se les vaya a ocurrir a los diputados que es más “constante” y “perseverante” un reportero que asista regularmente al Congreso local…

¡Que por todos los dioses, evangélicos o no, un asesor sensato explique a los jueces-diputados que el mundo noticioso de Tlaxcala es bastante más ancho y menos rutinario que el Palacio Juárez!

Ramiro Vivanco (MORENA).

 

A propósito de la Trayectoria, me pregunto si no estarán confundiendo con antigüedad. ¿Es premio para decanos?  O si decidirán, como se ha estilado desde antes, que la calidad del periodista depende directamente de la categoría de los medios donde se ha laborado…

Acerca del Profesionalismo, la palabra da para todos los juicios y prejuicios. En principio porque según el DRAE significa vivir de un oficio (“Cultivo o utilización de ciertas disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro”). No hay reportero ni periodista que no viva o malviva del oficio. Ergo, los redactores de la Convocatoria pensaban en algo más o no estarían exigiendo tal requisito. Hago votos porque no den desmedida importancia, al evaluar el profesionalismo, al corte de pelo, la ropa, la higiene, el garbo, la galanura, la simpatía, la sociabilidad, el fenotipo, el no menos ambiguo respeto o cualquier otro criterio extraperiodístico.

El premio es de periodismo. No de buena conducta ni al mérito cívico ni a la personalidad.

Lo más chocante, a juicio de un columnista que durante demasiados años fue catedrático universitario, es el requisito de trayectoria académica en una convocatoria sobre periodismo. Contradice la tradición y naturaleza misma del periodismo, habitualmente libre. Los certificados escolares son un referente; mas los premios a los buenos estudiantes los dan las escuelas en forma de becas o menciones. Como en la literatura, en el periodismo profesional el criterio principalísimo es la obra en sí –ya no los certificados ni el peinado. Además,  ¿cuáles de las 9 definiciones DRAE de la palabra “académico” tomarán en cuenta Garay, Vivanco y Garrido? Ojala no sean la platónica ni la de academias profesorales, sería discriminatorio, elitista, de plano fifí, ¡una cuasi traición a López Obrador!

A mí me basta si no tuvieron la intención de bosquejar a través de la Convocatoria el retrato hablado de un pre-favorito…

El premio considerará además la “significancia social” del trabajo de los periodistas, sea lo que eso signifique. ¿Y esto cómo irán a medirlo, si no con un criterio netamente ideológico y político? ¿O se pondrán a sumar likes? ¿Consensarán un juicio a mano alzada?

También inquieta que el antaño criterio central, la “calidad de los trabajos”, aparece sólo una vez en el proemio de la nota oficial de la Convocatoria y a propósito de… menciones honoríficas. ¿Se atreverán a entregar muchas, muchísimas menciones, devaluando así acaso por motivos proselitistas, populacheros, de control político en suma, el fin básico de todo premio como reconocimiento a alguna clase de excelencia?

Al fin de equilibrar la opinión de los diputados expertos en periodismo, me atrevo, en mi calidad de expremiado, a formular dos propuestas en favor de la transparencia.

Una, que se hagan públicos los nombres de los presuntos asesores de Garay, Vivanco, Garrido y Covarrubias.

Dos, que los trabajos premiados sean divulgados ampliamente por el Congreso de Tlaxcala y en los portales dispuestos a transparentar tan importante presea, y así honrar al ganador. De paso podrán los lectores conocer los materiales que Garay, Vivanco y Garrido decidieran premiar.

El premio “Miguel N. Lira” constará este 2019 de diploma y una medalla de oro. Ojalá el cambio de centenario a medalla no entrañe un abaratamiento politiquero del periodismo tlaxcalteca.

COHETERÍA

MUSULMANES Y MEDIEVALES  Cuando urgidos por el tiempo y el hambre, sin más madera que la justa para construir dos o tres torres de asedio, los cruzados al mando de Godofredo de Bouillon lograron traspasar en 1099 las murallas de Jerusalén, una vez aniquilada en las almenas la defensa principal un río de diez mil guerreros tocados con la Cruz inundó las callejuelas y casas de la ciudad, donde ejecutó a cuchillo indiscriminadamente a los fieles de Jehová, Alá y Jesucristo, lo mismo niños, ancianos e inválidos que mujeres.

Fue una batalla de exterminio precedida extramuros de rituales cristianos ante la mirada extrañada del sitiado vecindario de musulmanes, judíos y cristianos no europeos. El exterminio era –así lo autoriza la historia bíblica del pueblo de Israel- indispensable al fin de repoblar una tierra ya poblada. Para edificar un nuevo Reino de Jesucristo en Tierra Santa bastarían los contingentes multitudinarios convocados por el papa Urbano II, algunos miles de sobrevivientes de la llamada Cruzada de los Pobres (causante de un progromo europeo) guiada por Pedro El Ermitaño, más los ejércitos de los caballeros francos (el gentilicio musulmán para cruzados), alemanes e italianos. Para estos señores, el nuevo Reino de Dios era todo o nada, vida o muerte, pues la mayoría –así Godofredo y sus hermanos- había vendido o hipotecado castillos y tierras en su natal Europa. Godofredo pudo llegar a ser proclamado rey protector de Jerusalén, pero el gusto duró poco, pues murió al año siguiente.

Asalto a Jerusalén, primera cruzada 1096-1099., IMAGEN mediavida.com

 

Pasó un siglo hasta cuando en 1187, Saladino retomó mediante una yijad la tierra santa de cuatro religiones. Sigue siendo honrado como un héroe en un mausoleo de Damasco, en Siria. Más tarde, Federico de la casa Staufen consiguió para los cristianos europeos, a través de un pacto con el sultán de El Cairo, la facultad de supervisar Jerusalén -de nuevo casa común de distintos dioses y profetas-, Belén y Nazaret. La solución abrió una magnífica etapa de florecimiento de la civilización islámica, a la sazón tecnológica y culturalmente más adelantada que el Sacro Imperio Romano. Se ha dicho con razón que Europa redescubrió la ciencia y la filosofía de los antiguos griegos entre los árabes y turcos.

Para entender hasta dónde había decaído la iglesia de Roma en la alta edad media, hay que escuchar a los investigadores modernos, cuyos hallazgos confirman que las primeras cruzadas estuvieron dirigidas, además de contra musulmanes, judíos y los cristianos ortodoxos de Bizancio y Rusia, también contra “eslavos paganos,  mongoles, cátaros, husitas, valdenses, prusos (o prusianos), lituanos (en general contra los pueblos bálticos) y contra enemigos políticos de los papas”.

Aunque para un estudiante norteamericano, europeo o asiático aquel genocidio difícil de recordar es apenas una de tantas barbaries acometidas en nombre de los dioses a lo largo de la historia humana; hoy, 923 años después, el exterminio de 1099 sigue siendo una herida abierta. Los jeques, imanes, ayatolás y mulás se han asegurado de que niños y jóvenes árabes recuerden con la viveza de un recuerdo propio, sin matices. Pocos musulmanes hay que no lleven en la mente la imagen de catapultas cristianas arrojando niños árabes vivos sobre las murallas de Jerusalén, nomás para sembrar terror y desánimo en los sitiados.

Así, transcurrido casi un milenio desde la masacre a manos de los cruzados de la Francia de los Capetos y el Sacro Imperio bicéfalo de Germania, las teocracias mahometanas empeñadas en combatir a “muerte” a Occidente se sirven de ese atroz suceso como una fuente de legitimidad moral. Empero los musulmanes de hoy pueden asumir ante sí mismos un rol de resentidos supra temporales, justicieros o fieles de una tradición más bondadosa, a condición de “olvidar” que el ascenso del islamismo en el vacío decadente del imperio romano asimismo se halla tachonado de horrores equiparables.

Cruzada de los Pobres guiada por Pedro de Amiens El Ermitaño. IMAGEN mediavida.com

 

Para hacer creíble cualquier versión facciosa es indispensable construir una narrativa ad hoc, una historia mocha o intencionalmente adulterada al fin de dar sustento racional al propósito. Entonces el campo libre de la historia –el recuerdo del pasado común del homo sapiens sapiens- se vuelve una razón de partido, de nación o de Estado, e historiar un quehacer paraestatal. Cuando esto ocurre como en Oriente –para retomar el paradigma cultural del despotismo unipersonal-, el planeta se oscurece un poco más que de costumbre y da pie a sospechas sobre una inminente Nueva Edad Media en plena era cibernética, a lomos de los jinetes de la corrección acrítica, el eufemismo seudo educado, la ociosa redundancia, el maleable relativismo, la indiferencia hacia el otro que es diferente, una seudo igualdad de dientes para afuera y una no menos frívola aunque muy significativa idolatría de lo colectivo cuyo súmmum es el Estado (religión laica a la que a falta de un concepto específico, suelo llamar estatolatría).

Todo esto, hoy como ayer, a costa de las personas que nacen y mueren únicas e irrepetibles, individuales en suma. Si no queremos seguir dando vueltas eternamente a un mismo pozo hediondo, conviene completar la narrativa mocha de los pro teócratas musulmanes de hoy.

Los amigos latinoamericanos de las teocracias de la yijad debieran tener siempre presente algunas asimetrías elementales que entorpecen una globalización genuina. Por ejemplo, para la cultura musulmana actual las mujeres y los niños son seres de segunda con respecto al hombre; la ciencia una tentación del mal para distraernos del saber verdadero del libro sagrado; la esclavitud una tradición tolerable; la crítica una vulgaridad propia de infieles, y, el individuo único e irrepetible una ofensa a la comunidad. Son diferencias demasiado básicas -y enlisto apenas unas cuantas.

Así, la coexistencia de Occidente y Oriente resulta inevitablemente problemática. La unicidad de Occidente no es culpa de ningún gobierno o gobernante concreto, como tampoco el estancamiento medieval del islamismo en la credulidad total hacia los guías religiosos. El reto es informarnos bien y pensar bastante antes de tomar un partido, si llegara a ser necesario.

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Descargar Convocatoria al Premio Miguel N. Lira 2019

 

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