Código Tlaxcala
“Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural”. Kofi Annan
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Croniquilla Fifí de la Visita de AMLO a Tlaxcala, Profusamente Ilustrada

Amor con Amor se Paga: El Tigre y su Domador

Sabíamos que el zócalo estaría cerrado así que donde el primer bloqueo bajé del vocho, en la esquina del mesón. Mediodía de martes calientito, perfecto para caminar sin prisa ni pausa hasta la plaza Xicohténcatl.

Las vallas metálicas llegan hasta la juntura de los portales. Viro a la izquierda, atravieso el portal Chico donde un joven coloca mesas, venzo la tentación de un lugar vacío en el café Delitzia y sigo hasta el Hotel San Francisco, donde doy de bruces con Lorena Cuéllar. Está sentada en un sillón del lobby. A su lado, de pie el inseparable Xico.

Saludo y pregunto si Andrés Manuel llegará primero allí. La diputada y coordinadora estatal no está segura.

-Vengo del Foro –responde, algo malhumorada. Atribuyo su malestar al ajetreo mañanero de la jornada que comienza. Confirma que será en privado la reunión del Presidente Electo y sus diputados federales con el Gobernador Mena.

-¿Qué horas son? Ya es tiempo –espabila.

Sillería para unas 700 personas.

Tras rodear el templete del evento hallo un pasaje en la esquina del Museo de Arte. Frente a Correos se extiende otra sillería. Echo cuentas: unas 50 filas de 14 sillas cada una. Al cabo están bajando jardineras de una camioneta.

-¿Quién las manda, el PRD? –bromeo.

-¡Qué pasó! –devuelve el joven semioculto tras un arreglo de rosas, margaritones y más flores de color rosa rematado con Cresta de Gallo.

-MORENA de Tlaxcala –aclara orgullosamente Juan Pablo.

Jardinera cortesía de MORENA Tlaxcala.

EL ARRIBO

Frente a la puerta principal del Palacio de Gobierno hay un templete. Los reporteros aguardan, trepados y merodeando en torno la primicia del esperado encuentro entre el Presidente Electo y el Gobernador. Bromeo con Mario en voz alta, provocador, sobre las prensas fifí y militante. Arriba el hipercrítico Roberto Nava Briones, sacando el pecho. Tras la valla, Arnulfo Arévalo (“el enlace que nadie quiere”, glosa un colega) supervisa el escenario.

Don Jesús no podía faltar.

A poco, del lado de San José irrumpe una magra manifestación. Viene al frente don Jesús Maldonado, gritando sobre el eco coral de sus acompañantes  “¡Zapata vive /La lucha sigue y sigue!”.

Reporteros cansados de esperar se agolpan en torno al incansable activista, le ofrecen sus grabadoras y toman fotos del pliego de demandas. Enfrente de la magnífica portada antigua de Palacio coinciden a la altura de la ambulancia, Lorena Cuéllar y Rubén Terán (“Mariano no quiso prestarla para los quemados de Tepactépec, ¿recuerdas?”).

Lorena y Rubén posaron con Sub Referéndum.

Mientras Antonieta hace tomas a los diputados morenistas, aparece intempestivamente el Subcomandante Referéndum.

-Ando estrenando pasamontañas –presume al reclamar su foto del recuerdo.

Gobernador y Alcaldesa, esperando.

Minutos después de que el gobernador Marco Mena y la alcaldesa Anabell Ávalos se situaron detrás de la valla, precede al arribo de López Obrador un brusco movimiento de la gente. Lo confirma el “¡Ahí va!” de unas chicas apostadas al borde del portal Grande que apuntan a una camioneta blanca.

El gobernador y la alcaldesa se abren paso entre el remolino hasta el vehículo. “¡Mira Marco, ora sí!” –exclama, escéptica, una mujer.

Lo que sigue es una reedición de lo narrado en todas las crónicas sobre las visitas del Presidente Electo, a donde vaya: una ola apasionada, incandescente le envuelve y a ratos amaga con devorarlo.

Ola que devora.

El aluvión emocional se prolonga muchos minutos. “¡Es un honor /estar con Obrador!”, corea principalmente gente humilde y algunos desempleados y arribistas, notoriamente emocionados todos.

Atestiguan a pie firme Marco que no deja de sonreír y una expectante Anabel. Luce relajado, afectuoso el presidente nuevo que se detiene a cada paso, escucha parabienes y demandas, aprieta manos y más manos, dice cualquier cosa a los sedientos de justicia y esperanza.

Arrebatada pasarela.

Al cabo del callejón de treinta metros, AMLO cruza por fin la puerta principal en compañía del Gobernador de Tlaxcala. Adentro les esperan los legisladores federales.

-¿Por qué tan emocionada? –pregunto a una señora con un sol en la cara.

-Porque es un hombre que lucha. Porque es nuestro Presidente y porque va a cumplir muchas cosas que nos prometió. Confiamos en él –responde sin dudar Blanca Luna Muñoz. Vino desde Chiautempan para dar la bienvenida a su Andrés Manuel.

Blanca Luna Muñoz, de Chiautempan.

En las inmediaciones vigilan dos agentes de la CES con perros que resultan ser perras. La hiperactiva pastor belga llamada Guita fue adiestrada para localizar explosivos, y para narcóticos Adela, una blanca y reposada labrador.

Guita y Adela.

OTRA INJUSTICIA

Como ya hace más calor cruzamos la Juárez para comprar paletas en La Michoacana; y de vuelta a la explanada paramos junto al hombre que exhibe una cartulina. “Poder judicial abusivo corrupto omiso huevón /Cómplice medios de comunicación /En Tlaxcala los derechos humanos y la constitución se la pasan por los huevos.”

Injusticia pendiente. FOTO Mario Alberto Macías Palma

-¿Por qué no pone en la cartulina los nombres de los jueces y MPs que le hicieron eso en vez de atacar a la prensa? Le hace el juego a los que no quieren testigos y azuzan a la población contra nosotros –cuestiono.

-La prensa es cómplice. Vienen, preguntan y nunca sacan nada.

-¡Sea valiente, ponga allí a los directamente responsables!

-Ahí están –dice señalando un legajo arrumbado.

-¡Pues ahí están bien! ¿No sabe que nuestro país es el más peligroso del mundo para los reporteros? –restriego.

VILLA ESCALERA

Mientras con ayuda de Mario fotografiamos el grueso legajo, se escurre del trío de viejos que charla al lado la frase “Entonces se decía que el mejor Gobernador que había tenido Tlaxcala era el de Puebla”.

Ricardo Villa Escalera (derecha). FOTO Mario Alberto Macías Palma

Habla Ricardo Villa Escalera. “Aquí con los amigos, un liberal y uno de izquierda”, presenta el ingeniero al elegante José Guillermo Medina y al entercado neocomunista. Evoco mi experiencia de encuestador en la elección de 1995 que dio a la Angelópolis su primer alcalde panista.

-Yo gané en los ochenta, fui el primero. Pero no me dejaron. Después apoyé a Gabriel –añade el artífice de la textilera Industrias Victoria de Tlaxcalancingo.

DIGRESIÓN

Informados de que habrá rueda de prensa después de la reunión de Palacio, nos movemos al Bunte.

-¿Estaba obligado Marco a recibir al Presidente Electo? –planteo ante una taza de café.

-Da ejemplo de civilidad política –opina el arqui Raúl Contreras.

-Desde el 2 ó 3 de julio se pronunció por trabajar de la mano con el nuevo Presidente.

-Está siendo congruente.

-No debe ser fácil eh. Por el enojo que hay entre muchos partidarios.

-No. No es fácil pero es necesario –concluye juicioso el colega.

Se acerca Rubén Terán a la mesa, deja un mensaje para un contertulio. Ya se aleja cuando escucha un buscapiés.

-Tlaxcala se hizo morena. ¿A quién hay que adjudicarlo?

-Es un mérito por completo de López Obrador.

-¿Entonces no les debe el Presidente Electo a los nuevos legisladores?

-¡No, cómo crees!

“Sensato Rubén. Algunos ya se andan creyendo que les votaron por sus propios prejuicios ultramochos”, digo al arqui que nomás se ríe, pensando en la iniciativa que prohíbe tatuarse a los discapacitados mayores de edad.

RUEDA-MITIN

Predominan en la rueda los partidarios del Presidente Electo que no dejan de echarle porras afectuosas y vindicativas. De hecho, inhiben la posibilidad de un diálogo franco con la prensa porque arman un pre-mitin del programado en la esquina opuesta del zócalo para dos horas más tarde.

López Obrador ratifica que cumplirá “todo lo prometido en campaña”; agradece el apoyo de los tlaxcaltecas que tres veces le han preferido; anuncia el traslado en enero de la Secretaría de Cultura; se congratula por la postura de Ernesto Zedillo Ponce de León favorable a regular las drogas ilegales en vez de la estrategia punitiva; advierte al destinatario Inegi que nadie podrá evadir la nueva ley que prohíbe ganar más que el presidente; insiste en que la prensa sacó de contexto su propuesta de amnistía a narcotraficantes; informa que ya marcha la cuestión del Fiscal de la nación; reafirma que habrá consulta a mitad de su sexenio (“el pueblo pone y el pueblo quita”).

Al salir de Palacio, AMLO asienta que Marco Mena “ha actuado con mucho respeto y fuimos recíprocos”. Con el gobernador de Tlaxcala al lado, intenta calmar al tigre que dijo Porfirio Díaz y él mismo invocó este año contra la sombra de un fraude electoral.

Debió pensar de reojo en el tigre cuando luego de piropear que “amor con amor se paga” y prometer “no fallar al pueblo de Tlaxcala”, insistió: “No queremos división. Ya pasó la campaña. Necesitamos unirnos para lograr una política de progreso para las familias”.

Seguramente pensaba en su deber de domar al tigre ese cuando volvió a reiterar: “Soy respetuoso del presidente Peña y no me voy a confrontar”.

DEL TIGRE, 1

Lo de siempre: frente al Delitia donde esperamos el inicio del mitin, una morenista enardecida por el calor o la espera o la justa ilusión de remontar agravios, amenaza y empuja a nuestra directora y fotonotera. “Pinchi prensa”, masculla y me empuja también.

“Aguas con el tigre”, atino a decir en la retirada.

Senador Álvarez Lima.

Inagotable pasarela es la acera entre el portal y el hotel. Maricarmen Ramírez se aleja hacia donde minutos después pasa José Antonio Álvarez Lima, ex gobernador y flamante senador. Saludamos al animoso César Carvajal.

Bodemjeimer Jellinken Rodríguez.

El Profe señala a uno que espera en medio de la sillería con un libro en la mano. “Es el profesor Bodemjeimer Jellinken, el culto de la familia de Lincoln y Sóstenes. Carga el libro de su papá, va a regalárselo a López Obrador”, pone al tanto. Luego nos muestra Antonieta la imagen con bastón de Jorge Atristáin, coordinador morenista de la zona 3 de Apizaco, enmarcado entre las sonrisas de una chica y un amigo, radiantes los tres.

Apizaquense Jorge Atristáin.

Aún inquietos por el incidente previo decidimos movernos hacia el templete. Nos corteja cierto aire de fiesta, una romería pautada por vendedores de guindas cachuchas, globos, papas, maní, nieves, toda clase de comida chatarra y hasta yerbas medicinales.

Afuera de El Hacendado, tres empleadas encendidas muestran desde lo alto de una escalera una cartulina que reza “Los jóvenes con AMLO”.

Empleadas de El Hacendado.

Más allá, otro grupo carga una manta con la inscripción “Tetlanohcan es Morena La esperanza de México”. Por ahí anda el edil de Mazatecochco, Esteban Cortés.

Tetlanohcan presente.

Entonces, lo inesperado. Una rechifla moderada sigue al nombre de Carlos Carreón, presidente del PAN, y estalla en cólera tumultuaria cuando el temerario maestro de ceremonias pronuncia el de Manuel Cambrón, presidente del PRD.

El abucheo sostiene el crescendo cuando manan los altavoces el de Roberto Lima, jefe estatal del PRI, y no mengua cuando los de Movimiento Ciudadano y el PVEM. Puños y brazos se agitan amenazantes. Escenas de furia desenjaulada aquí y allá.

Me acerco hasta el hombre fuera de sí que arenga al tigre desde la altura de una silla.

‘Me llamo Pueblo’

-¿Usted cómo se llama? –inquiero con ingenuidad de novato.

Ve primero la cámara y luego clava los ojos inyectados de un brío sobrenatural en el imprudente.

-Soy reportero –corrijo tarde, acobardado.

-¡Me llamo Pueblo! ¡¡Un pueblo harto de tanta injusticia!! –brama.

MESA FIFÍ

Observa Melecio Domínguez, acompañado de paisanos de Zacatelco y una linda morena a la que Antonieta hace fotos y declara símbolo del nuevo partido mayoritario de México.

Melecio Domínguez.

-¿Quién tuvo la ideota de invitar a Cambrón, Lima y Carreón?

-¿A poco sí van a venir? Nomás fue un saludo ¿o no? –responde y pregunta el asistente de Víctor Báez, presidente de la Junta del Congreso.

-¡Que ni se les ocurra, los van a linchar! –tercia alguien.

Hago un apunte acerca de la impertinencia del animador del mitin e insisto en que es riesgoso rascarle al tigre.

-De acuerdo, pero algo así se prepara. No se puede en frío, como si nada presentar a los presidentes de esos partidos –apostilla Melecio.

Símbolo zacatelquense de MORENA.

Buscamos refugio en el café más próximo. Pedimos cervezas.

-Luego por esto nos dicen prensa fifí –bromea Mario.

Se acerca a la mesa Luis Enrique Pérez Tamayo, esposo de la dirigente panista y ex síndica Katy Valenzuela.

-¿Cómo viste la rechifla? –pregunto.

-¡Buenísima! –coincide al tomar asiento.

Surtidor de noticias amén de memero inagotable, el exmigrante siempre es bienvenido. La última, asegura frotándose las manos, es que Temoltzin le habría ganado a la comuna capitalina el pleito del Polideportivo.

-¿Pepe sería un buen presidente del PAN? –pica Antonieta.

-Un magnífico presidente. Honrado, serio, trabajador, un auténtico panista. Va a ganar –augura el líder de galleros.

Luego nos cuenta del Foro por la Paz al que no pudimos ir.

-Muy bueno eh. El momento más conmovedor fue cuando habló la mamá de Karla, nos sacó lágrimas a casi todos.

Estamos mirando memes viejos y los nuevos que carga en su cel, cuando pasa a saludar Melquiades Pérez. Repito la pregunta sobre la rechifla.

-¡Magnífica! –asesta con donaire característico.

Melquiades en mesa fifí.

Empieza a llover cuando pasa, cabeceando las primeras gotas, Homero Meneses. “Figurará”, apunta el colega. Con ayuda de la mesera extendemos la sombrilla y seguimos en lo nuestro.

Homero Meneses, cabeceando gotas.

En dirección al templete camina ahora, con apuro y dificultad, Silvano Garay Ulloa.

-¿Oyó la rechifla? –tiento.

-Sí ¡muy buena! –alegre.

-Irma ya es diputada, felicidades –le digo.

-Ai se las encargo –responde tras despedir de mano.

Silvano Garay, dirigente del PT.

La audiencia recibe a López Obrador entre coros arrebatados de “¡Pre-si-dente!” y “¡Sí-se-pudo!”. Oyendo a Luis Enrique se nos va el mensaje, aunque por algunos retazos advierto que repitió a sus seguidores lo dicho ante Palacio.

-Las elecciones ya pasaron –oigo que vuelve a insistir el domador.

Cuando todo termina, nuevamente la paz. Ahora todo es armonía entre el templete donde AMLO sonríe y se abraza el torso, y la sillería donde ronronea el tigre, una criatura solamente feliz.

También Abigail parece disfrutar el remate magistral del Presidente Electo de México. Hasta le despidió agitando el brazo…

Abgail, reportera de Código.
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