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-Voy a registrarme, necesitan paridad. Esta mañana recibí la Convocatoria de MORENA.
Contentos del reencuentro, algo apaleados todos por el virus de Xi, ojerosos, atrapados en la telaraña de las precauciones: como sea nos fuimos juntando en la mesa del Isabel Moctezuma.
Mirando contentos desde el Portal Grande los fresnos seculares del zócalo, lo de siempre.
-¿A qué hora?
-En cuanto abran. Estaré todo el día.
Nos retrotrae el Parma una década, tal vez a la misma mesa. Abre a la memoria un resquicio y allí está, como si ayer, la escalerilla que conduce a una habitación hacinada de misterios y fantasmas. A la sazón sede de su Club de Periodistas, uno de tantos planes desdenantes.
Parménides Ortiz, el autoabanderado y pionero tlaxcalteca de la causa del voto popular en asuntos importantes (de donde su nick de batalla), reparte El Totol.
-Envidio ese nombre ¿cómo no lo descubrí antes? -juego.
Oasis la mañana: un jirón de calor entre la racha de fríos que anuncia invierno duro. Al claror de esa chimenea del portal, el regusto de transgredir la insana distancia nos reanima.
-¿Te registras por razones ideológicas? -tiento.
-No. Por razones políticas.
Miguel Hernández dice algo, Antonieta alimenta el chiste, nos reímos todos porque sí, nomás contentos de estar, de especular amistosamente sobre opciones realistas e idealistas, pactos hipotéticos, negociaciones posibles e imposibles, mínimos y máximos, ideales y retribuciones…
Lo de siempre. Sigue haciendo calor cuando rompemos nuestra taza de diletantes porque la vida sigue, no como el reloj de la plaza Xicohténcatl que está marcando la misma hora desde hace semanas o meses o años.