Código Tlaxcala
“Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural”. Kofi Annan
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Tiempos Confusos

1.Es madrugada y me siento deprimido. Debe ser porque al amanecer seré una noche más viejo y a la natural saudade del tiempo fugitivo suma agosto las tristes noticias de Charlottesville, Barcelona, Rusia, Finlandia. Hay que ser muy boludo, gilipollas o pendejo -me consuelo- para sufrir sucesos tan lejanos aquí, en Tlaxcala.

Apenas lo escribo y ya sonrío. Más cerca, afuera de un Oxxo de Veracruz mataron a Cándido Ríos. Informa El Sol que estaba bajo la protección de la Segob de Osorio Chong. Y así de cerca lo de Lozoya y demás funcionarios bonificados de Pemex amén del seudo sindicalista Romero Deschamps. Y está la alerta de Trump sobre México. Y el muro confirmado en Arizona.

2.Me entristece comprobar que languidece el viejo cuerpo amigo -cuando lo tuve joven quería ya ser adulto-; mas también -más tal vez- el constatar la autoría juvenil de los ataques. El chico de Charlottesville tiene 20 años. El de Rusia, apenas 17. El del viernes en Turku, Finlandia, 18. Los de Barcelona, salvo el imán que un juez acogió, entre 19 y 25 años.

Todos de la generación millenials. Tal hecho empírico remite a los niños de Anastasio Somoza: el dictador militar los utilizaba para sacar con cucharas los ojos de enemigos aprisionados…

Portadas de ‘Charlie Hebdo’ (izq.) y ‘El Jueves’ (der.). (elconfidencial.com)

 

¿Será que los demagogos elogian desmesuradamente a los más jóvenes precisamente por ser -amén de más bellos- más maleables, fáciles de embaucar y de manipular?

3. En esencia, Mahoma empleó la guerra para imponer sus dogmas lo mismo que el Vaticano hizo durante mil años (como en América, en particular). El problema es que mientras el catolicismo perdió poder terrenal (no tiene ya, por fortuna, Estados con ejércitos), en cambio el islamismo cogobierna en varias teocracias.

Encarna hoy el islam una estrategia de Estados fanatizados contra Occidente, diseñada por imanes, ayatolas, mulás y demás sicofantes con patrocinio de jeques árabes de naciones petroleras. Una estrategia, por cierto, similar en muchos aspectos al espíritu de las Cruzadas y al que inspiró la evangelización de Latinoamérica (“a señas” y fuego, según documentó Motolinía desde Atlihuetzía en su Historia de los Indios).

¿Qué hacer contra la anomalía real del Islam actual, soslayada a propósito por multiculturalistas occidentales y comunistas embozados que perdieron la Guerra Fría?

Tiene razón Trump y no la tiene Merkel: hay que tomar precauciones sistemáticamente. No son de fiar los mahometanos. O dejarse matar, con la esperanza de que se sacien algún día.

A los multiculturalistas que igualan las libertades únicas de Occidente con los despotismos orientales y los fanatismos tercermundistas, roguémosles que intenten volver tolerantes a los “fieles” asesinos y a los déspotas que los apadrinan. ¡No fustigar a los occidentales de hoy, precisamente las personas más tolerantes en toda la historia humana!

Y nos queda emplear la sátira incruenta, como hace el martirizado Charlie Hebdo contra los que quieren hacernos creer que las mujeres son seres inferiores y las niñas muy niñas pueden venderse y comprarse con fines multiusos en pleno siglo xxi.  “Islam, religion de paix… éternelle!”. La última portada del semanario ya no reproduce la imagen del profeta barbudo, pero igual se tiran los multiculturalistas a la yugular de los caricaturistas.

Y eso que los satíricos no han atropellado ni acuchillado niños, ancianos, mujeres ni a nadie entre tantos inocentes cegados por las creencias de oscuros teócratas para quienes su dios es El Verdadero Dios -y tan serio como la muerte misma.

4.“Este pecuecudo ya esta hablando mucha mierda, cierrenle ya el micrófono”, comentó desde Marinilla Eduardo Alvarado una nota de El País que recoge la siguiente declaración del cristiano Chris Barker, líder de los kukuxklanes: “Dios maldijo a las personas de raza negra para que sean servidores y esclavos”.

“No. Hay que escucharlo. Mas si se pasa -como los fanáticos de las teocracias islamistas- hay que tomar precauciones y en su caso aplicarles la ley. Mientras sólo parlotee está en su derecho. Por eso somos occidentales, porque todas las ideas son aceptadas mientras no pasen del ámbito de las ideas. Es nuestro lujo -y nuestro riesgo de querer vivir en libertad”, me permití acotar su propuesta de censurar al tontón.

Añadí: “Fue el azar, Mr. Baker, no más, lo que convirtió a los negros en los esclavos de la historia humana desde los tiempos del más antiguo Egipto (si no antes)”.

Hasta hace apenas 200 años los negros eran vendidos por jefes tribales negros y cazados por portugueses y nórdicos, y al cabo, la muy católica España los vendía en Cuba. (Distinto es por cierto el caso de las mujeres, subordinadas durante milenios mediante la fuerza bruta con que la naturaleza favoreció a los hombres -“derecho de tigres”, le llamó Voltaire en su ensayo famoso-, y después merced a la costumbre hecha tradición.) Mas en el breve tiempo desde su liberación, los hijos de África han demostrado sobradamente que el “razonamiento” de los abundosos bakeres es irracional, bobo, pre-sapiens.

Mas ¿cómo hacer entender a tantos racistas abiertos y embozados que la cabezota puede servir, si se le habilita mediante el entrenamiento riguroso y la libertad, para algo más que peinarla y embadurnarla de gel?

5.A esta hora la ciudad de Tlaxcala es una sábana tachonada de luces extendida hasta los cerros que delimitan la cama del valle. Deprimirse -me insisto- es terquear en seguir vivo: intentar pensar con la esperanza cronopial de entender en clave sapiens sapiens tantas confusiones.

La hermosa vida sigue. En unos minutos renacerá el sol.

COHETERÍA

+Los salarios de hambre que los empresarios pagan en México a los trabajadores mexicanos está en la raíz de la desigualdad social emblemática de la nación. Y explican, además, la atracción que nuestro país ejerce sobre los inversionistas extranjeros, particularmente maquiladores y empresas automotrices -a quienes nuestro gobierno garantiza, adicionalmente, que no habrá resistencia sindical.

Esta realidad soslayada mediante argumentos seudo económicos por gobernantes y académicos de México, acaba de ser cuestionada también por Canadá en el marco de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, con lo que se evapora la ilusión de un frente conjunto contra los Estados Unidos de Trump.

Cita Alberto Barranco en su columna de hoy para El Universal (Salario del miedo en TLCAN), la siguiente advertencia del sindicalista canadiense de origen latino Jerry Dias: “El problema en la renegociación del capítulo laboral no es Canadá, sino México, dado que sus negociadores se niegan a revisar el piso de los salarios. No podemos tener un acuerdo trilateral donde el salario mínimo en México es de 0.90 la hora, no podemos tener un acuerdo por menos de 4 dólares la hora”.

Cuatro dólares la hora da un salario mínimo de más de 9 mil pesos.

En otras palabras, Trudeau coincide con Trump en la exigencia de que los empresarios mexicanos paguen como mínimo por cada hora de trabajo, lo que hoy están pagando por toda una jornada laboral. Excusas aparte, una pregunta simple desnuda la paradoja: ¿por qué si es tan rico como Bill Gates, Carlos Slim paga a los trabajadores mexicanos a lo más 1/10 de lo que el creativo dueño de Microsoft retribuye a los trabajadores estadunidenses?

Acorralados, los representantes de México han pedido que las siguientes rondas de la renegociación del TLCAN se realicen en secreto, mientras el presidente Peña Nieto viaja a China con el aparente propósito de improvisar un plan B consistente en meter a México en la alianza comercial BRICS que lideran otros gobiernos que al igual que el nuestro, en vez del camino de la productividad innovadora eligieron expoliar a su propia población para competir en el comercio mundial: China, Rusia e India.

¿Importa a Trudeau y Trump la suerte de los trabajadores mexicanos más que al presidente Peña? Más bien es el mercado lo que ha convencido a Canadá y Estados Unidos de acotar tan inhumana competencia desleal.

El mercado acaba siempre en lo social, concretado en el caso, en la emigración masiva de mexicanos en pos de los salarios que pagan los países del norte de América.

+Y ahora resulta que Ricardo Anaya, el presidente nacional del PAN, sí cree en los compló’s. Y Margarita Zavala también, a juzgar porque se apresuró a expresar su “solidaridad” al líder blanquiazul. Todo porque el gobierno de México filtró información sobre el enriquecimiento poco explicable de Anaya, cuya familia vio multiplicados por quince sus caudales desde que el chico maravilla fungió como secretario particular de un gobernador panista de Querétaro.

Le costará convencernos de que es mera casualidad que el emporio inmobiliario se asienta en un área cuya plusvalía se fue a los cielos tras que el mandatario que fue su jefe autorizó construir allí mismo un arco vial.

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