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Croniquilla Churrigueresca de una Ceremonia muy Solemne
UNO
“Déjeme bajar la emoción” –pide Luciano Crispín Corona luego de saludar a los diputados, al cabo de la entrega de los análisis realizados por el Órgano de Fiscalización a las cuentas financieras 2013 de 106 entes fiscalizables del estado de Tlaxcala.
“¿Trabajaron mucho?” -inquiero.
“Fue laborioso” –confirma.
Antes había reportado a la comisión de legisladores que recibió al pequeño ejército del OFS, que los 206 sobres amarillos -6 tomos del propio congreso- ameritaron en conjunto 16 mil 844 observaciones.
“¿Pero sí puede decirnos cuántos entes están reprobados, no?” –ruego.
“No sé, no me di cuenta, están los sobres cerrados” –evade con ironía sutil.
DOS
Hacia las 2 de la tarde, el salón Verde del Palacio Juárez estaba cercado por una aglomeración nunca antes vista de contadores, auditores y otros especialistas en revisar cómo gastan las instituciones el dinero de los contribuyentes.
El año pasado los gobiernos del estado más chiquito y menos poblado del país –incluyendo los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, 60 ayuntamientos, 9 dependencias y 5 organismos autónomos- consumieron en conjunto un estimado de mil millones de pesos cada mes, poco más de 30 millones diarios.
Un dineral que los gobernantes por ley están obligados a justificar mediante millones de papeles, facturas, notas de consumo, recibos firmados y sellados, y otras constancias.
Labor de Sísifo que cada año recomienza: incluso contienen, los sobres amarillos, resultados de auditorías practicadas a las cuentas de 2012, solicitadas por la Auditoría Superior de la Federación al OFS que comanda Corona.
Ya se entiende la tensión que la milicia contable traslada inevitablemente al interior del Verde, llegada la hora de la churrigueresca ceremonia.
TRES
Bajo los candelabros encendidos abre Salvador Méndez, presidente de la Comisión de Fiscalización que debe resolver los dictámenes, el trámite de “este asunto que consideramos importante”.
Recuerda que el 31 es la fecha límite, y cede ya la palabra al auditor.
Ni las sonrisas de Marco Mena ni la bonhomía de Bladimir Zainos ni la sobria actitud de Juan Calyécac, ni la gracia juvenil del Xicohténcatl al óleo ni el oasis de las talaveras magníficas, logran aligerar el peso metálico de la atmósfera.
Se extiende Crispín Corona, con voz apenas audible, en los detalles del análisis cumplido por sus ceremoniosos colaboradores que le aplaudirán ganosamente -liberados por fin de la tensión- al terminar la exposición.
Cuenta que el análisis comprende 17 ítems señalados en los artículos 26 y 27 de la Ley de Fiscalización Superior del estado de Tlaxcala; refiere 273 auditorías; nos agobia con la cifra de 10 mil 844 recopilaciones; y denuncia que 28 ayuntamientos salientes incumplieron la ley de entrega-recepción.
Al concluir el relato no apto para legos, agradece también a Baldemar Cortés, quien llegó tarde, su presencia el auditor.
Desde el asiento reservado a Serafín Ortiz (quien no asistió), Eréndira Jiménez atestigua desde su altura la firma del acta de entrega de los sobres amarillos.
Sonríe, pleno, Corona, quien muestra el documento a las cámaras.
EPÍLOGO
Ya de retirada, nos presume Jorge Lezama su hallazgo del día.
“¡El de El Sol se le sentó en las piernas al de Coracyt, tengo la foto!” –alardea.
“Dámela, tú para qué la quieres si nadie ve tu portalillo” –lo pico.
“El tuyo lo ven menos” –replica velozmente.
El Gritón que atestigua se ríe.