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Regreso al pasado

El pasado lunes 16 de diciembre, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) anunció un aumento de 20 por ciento al salario mínimo a partir del 1 de enero de 2020. Este incremento lo acordó por unanimidad la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).

La titular de la dependencia federal, Luisa María Alcalde aseguró que el aumento de 20 por ciento al salario mínimo para 2020 es el mayor incremento anual en los últimos 44 años.

Al respecto bien valdría recordar que la Constitución de 1917 estableció que: “el salario mínimo que deberá disfrutar el trabajador será el que se considere suficiente, atendiendo a las condiciones de cada región, para satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero, su educación y sus placeres honestos, considerándolo como jefe de familia”.

Desde el 1o. de enero de1934 el salario mínimo se fijaba cada dos años siempre con la salvedad de que “en cualquier tiempo, a petición de la mayoría de los patrones o trabajadores de un municipio, y siempre que las condiciones del mismo lo justifiquen, la comisión especial podrá modificar el salario mínimo fijado”.

Fue en 1987 que se estableció el concepto de áreas geográficas que, para la Conasami, coincidió con los tres agrupamientos de zonas y municipios a los que correspondían igual número de salarios mínimos generales existentes en el país.

Desde el 1 de marzo de 1988, para cada una de las tres áreas geográficas se fijó un salario mínimo general y todos los profesionales, y dentro de cada una de ellas se integran conjuntos claramente definidos de entidades federativas o de algunos municipios de ellas. En enero de 2013 se establecieron solo dos zonas, la A y la B. En octubre de 2015 desaparecen las zonas A y B, quedando solo una para todo el país

Pese a que algunos analistas han dicho que el incremento al salario debería estar aparejado con el aumento de la productividad en el país; sin embargo, el incremento de 20 por ciento se aplicará a partir del primer minuto del año venidero, solo se espera que esto no impacte en el nivel de precios.

Ante este aumento bien valdría echar un ojo a los datos de la competitividad y la productividad en nuestro país. En este sentido el Foro Económico Mundial (WEF) publica cada año el Índice Global de Competitividad (IGC).

En su informe, el WEF analiza a los 140 países que engloban el 98.3 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, enfocándose en las políticas que han implementado para impulsar el desarrollo de sus economías en un contexto de competencia global.

Este año, México retrocedió dos posiciones con respecto al año anterior, al subir del lugar 46 al 48. En términos generales, una de las conclusiones principales de esta edición del IGC es que todas las economías necesitan redoblar sus esfuerzos para impulsar reformas y políticas públicas útiles para enfrentar los retos que las crisis recientes han dejado en todo el mundo.

Dichos retos incluyen las altas tasas de desempleo, el bajo precio de las materias primas, el difícil acceso a créditos, el envejecimiento de la población o las caídas en la inversión, los cuales se manifiestan como un estancamiento generalizado en la productividad. Sin embargo, se señala que las capacidades de un país para mejorar su mercado laboral, capital humano, inversión en investigación y capacidad de innovación han sido y serán los elementos clave para superar las caídas en productividad.

El aumento al salario mínimo ya se anunció, ahora le toca al gobierno facilitar la gestión para que las empresas y obreros aumenten la competitividad y la productividad, ya que de no ser así estaríamos frente a una regresión a la década de los 70.

 

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