Código Tlaxcala
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La Desaparición de don Tulio

(El Universal)

 

La desaparición durante más de veinticuatro horas de Tulio Hernández luego de asistir el viernes a una comida con ex gobernadores preparatoria de la inminente Asamblea Nacional, presidida por Enrique Ochoa Reza y Claudia Ruiz Massieu Salinas de Gortari en el auditorio “Alfonso Reyes” de la sede nacional del PRI, entraña varios enigmas.

El primero dio pie a la especulación relativa a un secuestro, pues se sabe que por prescripción médica don Tulio anda acompañado siempre que sale a la calle. La preocupación estuvo justificada: la sede se ubica en una zona brava de la delegación Cuauhtémoc que gobierna Ricardo Monreal, aspirante morenista al gobierno de la CDMX; en la Buenavista, cerca de Insurgentes Norte, entre la Guerrero y Nonoalco.

¿Dónde había quedado la cuidadora, cuya presencia fue soslayada sistemáticamente aun al conocerse la reaparición del ex gobernador de Tlaxcala?

(@EnriqueOchoaR)

 

La revista Impacto ni siquiera mencionó al dar la buena nueva que don Tulio estuvo en la sede nacional del PRI (“De acuerdo con los reportes, Hernández Gómez asistió en compañía de un amigo a un evento en un inmueble localizado en la colonia Buenavista, donde permanecieron con más personas al interior de un salón, en el cual fue perdido de vista por su conocido”).

Se sabía que la comida (sopa de tortilla, atún, ternera, filete de pescado, tequila, whisky, refrescos, helado de pinole) comenzó hacia las 2 y media de la tarde y se prolongó por “más de tres horas”.

Echando cuentas, cabe inferir que don Tulio pudo dejar el edifico de la Ezequiel Montes 99 entre 5 y 6 de la tarde, cuando aún había luz. Debió abordar su coche en el estacionamiento del búnker tricolor -era improbable que se le hubiera permitido caminar por esas calles tachonadas de peligros. Un lector escribió el siguiente comentario a la nota de El Universal que anunció el extravío de don Tulio: “En la colonia Santa María la ratera, frente a PRI nacional, atrás de Sanborn’s, hay muchas bandas de extorsionadores y ratas de dos patas. Seguro alguno lo reconoció y se lo llevó, eso lo apuesto, porque por ahí dejo mi automóvil y siempre llega un sujeto que te amenaza con que algo te puede pasar o a tu automóvil si no le entras con dinero”.

(@EnriqueOchoaR)

 

Cabe apuntar que la desaparición fue reportada “por la familia” con relativa rapidez, entre las 5 de la tarde y la medianoche del mismo viernes, pues lleva fecha del día 4. Ciertamente la ausencia de don Tulio fue extrañada con prontitud. Así lo sugiere la nota del sábado de El Universal -basada en datos de Justino Miranda-, donde se informa que la Coordinación de Comunicación Social de Tlaxcala había informado que “el viernes los familiares del exgobernador Hernández Gómez (1981-1987) perdieron contacto con él, luego de que realizó una visita a la ciudad de México”.

Luego, la información de la reaparición subida por El Universal en el primer minuto de este domingo (“Hallan a exgobernador de Tlaxcala reportado como desaparecido”), agregó a la buena nueva aún más misterio. La acompaña una foto donde se ve a don Tulio parado en una esquina “alrededor de las 22:30 horas”, entre patrullas, policías y un par de jóvenes.

Esta nota, firmada por Eugenio Hernández, asevera que don Tulio “fue localizado por personal del Centro de Apoyo de Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA)”; y afirma, erróneamente, que se había perdido “este sábado 5 de agosto”. Recuenta la noticia que asistió “en compañía de un amigo a una comida de exgobernadores priistas en la colonia Buenavista, pero fue perdido de vista por su conocido”, y que finalmente habría sido “localizado en la casa de otro amigo”.

Por alguna razón, el misterioso segundo amigo no aparece en la foto de don Tulio parado en la banqueta -a menos que lo sea alguno de los jóvenes.

Como sea, la hipótesis de un secuestro – alimentado por la extraña versión armada y rearmada al paso de las horas por las autoridades, y por el silencio del PRI nacional- resultó invalidada por la reaparición de don Tulio. Aunque queda entre paréntesis la posibilidad de que alguno de los tantos viejecitos que acudieron a la convocatoria del presidente tricolor haya sonsacado -con todo y acompañante- al siempre travieso exgobernador.

ENIGMA SEGUNDO

El segundo enigma puede resumirse así: ¿por qué invitaron a don Tulio y para qué le permitieron asistir, dado su estado de salud? No se entiende la presencia de un anciano de 79 años que, según informó El Universal, padece el triste mal de Alzheimer.

En su crónica de la reunión, subida al portal de Reforma justo a la medianoche del viernes para sábado (unas 6 horas después de la desaparición), Jorge Ricardo recoge varios comentarios que muestran a don Tulio como siempre ha sido: ingenioso y felizmente despreocupado de lo políticamente correcto. Algunas nuevas perlas atribuidas por el periodista al tlaxcalteca, dan cuenta de su picardía habitual:

“Tenemos el compromiso de contribuir a que no se pierda la estabilidad y el valor político del país, porque si todo lo que queremos es ver quién es más fuerte y quién hace más desmadre, pues eso no es servir al país.”

“Si quiere preguntarme ¿a qué viene usted?, pues a hacer política y a afirmar las cosas que no se deben olvidar, porque el que olvida el apellido y hasta su madre y hasta su mujer y hasta sus hijos, pues es un pendejo.”

(http.noticieros.televisa.com)

 

“Hay mucha gente que quisiera que los muertos no pudieran venir, ¡pero no estamos muertos!”.

Cabe especular que don Tulio fue invitado en previsión de una escasa aceptación a la convocatoria de Ochoa Reza. De hecho, apenas acudió a la sede de la Ezequiel Montes en torno a 20% de los ex gobernadores priistas que siguen vivos y asumieron el cargo después de 1981, cuando lo hizo el desaparecido.

Descontados los prófugos, los encarcelados y dos que están en espera de ser deportados, faltaron demasiados (lo cual obliga la pregunta de si la comida fue una celada para exhibir débil a un ex gobernador de Hidalgo). De entrada no se menciona a tres tlaxcaltecas: el octogenario Samuel Quiroz de la Vega, el neo opositor José Antonio Álvarez Lima y -sobre todo- Mariano González Zarur.

Por supuesto, los ausentes más notorios fueron los también ex gobernadores Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones.

La estrella de la comida sería Miguel Ángel Osorio Chong, el hidalguense aludido, actual titular de Segob y cabeza del grupo que puja porque el gallo presidencial de 2018 sea un militante priista y no el pripanista José Antonio Meade Kuribreña ni el delfín Aurelio Nuño Mayer.

Abundaron los ex de edad avanzada. Tan así fue, que Francisco Labastida Ochoa (todo canas) aportó al caudal de frases célebres del evento una cuya primera parte ilustra inmejorablemente el hecho: “Aquí hasta el más tullido es alambrista”.

Los hubo más viejos que Tulio, quien cumplió 79 el pasado 26 de mayo, como el jalisciense Guillermo Cosío Vidaurri (cumplirá 88 en septiembre), el chiapaneco Jorge de la Vega Domínguez (cumplió 86 en marzo) y el toluqueño Ignacio Pichardo Pagaza (cumplirá 82 en noviembre).

No tanto, pero casi, lo son el guerrerense Rubén Figueroa Alcocer (cumplirá 78 en diciembre) y el mochiteco Labastida (75 el próximo día 14).

El grupo de sexagenarios incluye además de Paredes Rangel (el 18 de agosto cumplirá 63), al oaxaqueño José Murat Casab (70 en octubre), el veracruzano Fidel Herrera Beltrán (cumplió 68 en marzo), el campechano José Antonio González Curi y el guerrerense René Juárez Cisneros (cumplieron respectivamente 65 y 61 en junio).

Entre los jovenazos se cuentan César Camacho (cumplió 58 en febrero), el jaliciense Ney González Sánchez (54 en enero) y el tabasqueño Manuel Andrade Díaz (cumplirá 52 en octubre).

En fin, salvo excepciones comprensibles dicho retrato de los 32 dice más que mil palabras.

No por nada Jorge Ricardo abrió así su crónica memorable: “Los priistas se prepararon con una ambulancia, un doctor y dos paramédicos. Adentro del auditorio Alfonso Reyes, los enfermeros de bata blanca se confundían con los meseros. Los ex Gobernadores del PRI, algunos de casi un siglo, iban a reunirse y a comer en privado con el presidente nacional de su partido”.

Así las cosas, la comida de la desaparición y reaparición de don Tulio se antoja premonitoria de la Asamblea del próximo fin de semana.

(twitter.com/carmensalinaslo)

 

COHETERÍA

+ Tocó a Labastida, el primer candidato del PRI que perdió formalmente una elección presidencial, pronunciar una advertencia y sugerir un augurio sobre 2018.

Sobre Meade Kuribeña, opinó: “Yo no arriesgaría a una fractura del partido”.

Rememoró luego la campaña de 1999, así: “Vamos en tercer lugar, ¿cómo no va a ser posible que se repita? Por supuesto que sí. Yo tenía más de 20 puntos de diferencia, se acuerdan ustedes, ¡20 puntos a favor!, y perdí como por cuatro puntos y medio. Es decir, si ustedes dicen: ‘Esto es lo que existe y esto va a seguir’, pues eso es absolutamente falso. En política depende de lo que uno haga, no hay nada escrito”.

Y al cabo, recomendó: “La primera novia a la que hay que enamorar es a la militancia. Si no enamoras a la militancia, pues no puedes enamorar de ninguna manera a gente que no está en el partido’. Hay una secuencia lógica”.

+Por cierto, don Tulio -quien según la ficha de búsqueda vestía saco a cuadros, camisa gris y pantalón oscuro- no aparece en ninguna de las dos fotos tuiteadas por Ochoa Reza desde el auditorio. No está en la de 32 personas que tiene por fondo el escudo del PRI; ni en la otra donde el líder y el jaliciense Ney González Sánchez, ex gobernador de Nayarit, flanquean a la encanecida ex gobernadora tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel (quien lució una especie de huipil amarillo ultra bordado). Tampoco se le ve en la de la mesa principal de una divulgada por Televisa; ni en la que subió la actriz Carmen Salinas a su Face.

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