contacto@codigotlaxcala.com
2461205398 / 2461217662
Cronicón Sobre los Indignados del Palacio Juárez
Exigen más de Cien Comisarios a SEFOA Transparentar Reparto de Apoyos Federales a Agricultores Siniestrados
El centenar de comisarios ejidales llegó muy tempranito a la capital desde todos los rincones de Tlaxcala. Atiborraron el Salón Blanco del Palacio Juárez en espera de una comisión que buscaba audiencia en Palacio de Gobierno.
Desesperado se ve al maestro Guillermo Yedra en la mesa que comparte durante la espera con Francisco Mena Flores, del ejido huamantleco de San Luis.
“Creo que ya no es posible seguir esperando. ¡Ustedes no son simples productores, son líderes de opinión dentro del sector agropecuario!” –exclama el asesor.
Como se ha hecho costumbre, por allí sale a relucir el tema de los medios de comunicación: “Hemos visto que han sido un poco controlados por el gobierno del estado” –punza bajo la presión de la muchedumbre el académico.
Las autoridades han faltado a todas las expectativas y todos los compromisos –complementa Pancho en su turno.
Desesperación es el signo de la espera.
Todos y cada uno tienen cuentas pendientes con el gobierno de Mariano. Ninguno satisfecho con el reparto que se hizo en Tlaxcala de los apoyos federales por las heladas de septiembre.
Insatisfacción circular de los hombres del campo por injusticias acumuladas a lo largo de los años.
DEL RESPETO
De la acalorada aglomeración brota una propuesta: remover al titular de SEFOA, Jonathan Bretón Galeazzi.
“Si queremos que nos respeten, vamos a respetarnos nosotros mismos” –invita uno de lucido sombrero.
“El señor gobernador nos ha tenido bajo el yugo de la bota que siempre nos ha pisado” –tercia un anciano. Lo dice como una sentencia y una fatalidad. Muy serio, casi sereno.
“Estamos trabajando sólo por el orgullo de ser ejidatarios y dar de comer al pueblo” –postula otro labrador.
“Si debemos de actuar para que nos atiendan, ¡vamos a actuar!” –enuncia un cuarto o quinto.
“Si queremos que nos respeten, vamos a respetarnos nosotros primero” –insiste uno más.
“Queremos un diálogo con respeto, que nos respeten como autoridades y ejidatarios” -coincide otra voz desde el fondo del salón.
De la reunión emana un aire de seriedad, como de sociedad secreta.
Cada reclamo se formula con toda formalidad, en el tono sentencioso con que los hombres acostumbrados a la soledad de las cosas de la tierra suelen romper su mutismo habitual.
TELARAÑA DE SEFOA
Por fin regresan los comisionados. Traen malas noticias para no variar.
Rosalina González Fernández, comisaria del Nuevo Centro de Población San José de Calpulalpan, compuesto de campesinos que viven en Nanacamilpa, encabeza a los indignados del campo.
“Nos mandan un licenciado asesor que para que nos acompañe. ¡Oiga, para llegar a SEFOA sabemos el camino! Hemos ido cuatro meses y no nos han recibido. ¡Que venga aquí el señor secretario!” –exige la brava Rosalina.
Restriega: “Les dije ahorita ahí en Palacio de Gobierno que aquí vamos a estar hasta que nos reciba el doctor (Bretón). La audiencia está solicitada para antes del 6 de enero”.
Pone luego la cereza a la indignación: “Señores: Estamos acostumbrados a comer muy poquito. Nos esperamos aquí o frente a Palacio, o ustedes digan qué hacemos. Porque no es posible que sigamos, por respeto, soportando tantas cosas”.
“¿Cuántos días vamos a estar acá?” –pregunta alguien.
“Los que sean necesarios” –se sostiene ella.
La cascada de quejas se multiplica y renueva. Como agua de una fuente.
PALABRAS DE DIPUTADO
Con el rostro bajo, como si buscara algo en la superficie de la mesa, escucha Jorge García Luna.
“Lo lamento mucho, porque no hay esa sensibilidad en nuestras autoridades” –parece disculparse por la “cerrazón” del gobierno estatal el presidente de la comisión de fomento agropecuario del congreso.
Ofrece: “Yo ahorita voy a hacer uso de la tribuna”.
Pide: “Me gustaría que se quedaran todos ustedes a la sesión para que los 32 diputados también estén sabedores de qué magnitud es el problema, para que no digan que nada más el diputado Jorge está alebrestando este asunto”.
Describe una ruta: “Yo si sugiero, pues no nos hicieron caso nuestras autoridades estatales, las instancias federales. ¡Después que no nos diga el gobernador que no lo tomamos en cuenta! Como autoridades que somos, tenemos la facultad de acudir a la Sagarpa federal”.
“Ya perdimos la confianza, o sea, ustedes ya perdieron la confianza en las autoridades” -remacha.
Resume: “¡Ya no les creemos! Nos dicen una cosa e incumplen. Entonces, en ese sentido, debemos tomar cartas ya más directas” –insiste el socialista.
LA CASA DEL PUEBLO
Uno quiere saber si se quedarían a pernoctar en el Palacio Juárez. Otro lo afirma. Uno más pide la venia del legislador.
“Con todo gusto, aquí estamos, esta es la casa del pueblo, no debe haber ningún problema. De la alimentación ya veríamos, nos echaríamos la coperacha entre todos” –acoge.
Luego: “Pero no se trata de desgastarnos. La acción más directa es, si ustedes están de acuerdo, que mañana nos traslademos a la Ciudad de México a buscar al secretario Mayorga, y de una vez por todas vayamos destrabando este asunto aquí en Tlaxcala” –sugiere García.
“¡Lo único que queremos es una explicación, no sé por qué se cierran, no sé por qué se están cerrando!” –reclama al cielo.
-¿Habrá algo qué esconder? –punza Código.
-“Buena pregunta” –glosa uno que no había hablado.
“Yo creo, señor diputado, que no es que escondan algo. Lo que pasa es que la gente que está al frente de SEFOA no sabe lo que es levantarse a las tres de la mañana (ni) lo que es tener veinte pesos en la bolsa para comer. Es falta de sensibilidad…” –diagnostica Rosalina como un médico.
LA LLAMADA DE NOÉ
“No es posible que estemos atravesando esta situación a cuatro meses de la helada” –interrumpe García a la única comisaria presente.
“Esperémonos que empiece la sesión. Yo voy a pedir la palabra en asuntos generales. Ahí tenemos todos los medios de comunicación, los que lo van a sacar lo van a sacar y los que son censurados no…” –coincide con Yedra en torno a la prensa nativa.
Por entonces entra la llamada de Noé Rodríguez Roldán.
Reitera en voz alta García: “Lo único que ellos quieren es una explicación de por qué no les han entregado los apoyos. En los medios salió que ya les entregaron…” –pica al desgaire.
Todos escuchamos allí al secretario de Gobierno responder cualquier cosa.
Para salir del paso.
Así como siempre. Desde hace décadas y siglos…