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Según un comunicado del Congreso de Tlaxcala, este día el presidente de la Mesa Directiva, Miguel Ángel Caballero Yonca “manifestó que hoy se vive un Estado libre y democrático defendido por los personajes históricos” del 5 de mayo de 1862: y, “exhortó hacer valer las miles de vidas que se fueron en ello, así como seguir defendiendo la libertad y la Soberanía nacional”.
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La comunicación oficial precisa los personajes históricos aludidos, al referir “el emblemático combate y la proeza de soldados al mando del general Ignacio Zaragoza, quienes defendieron los flancos del Cerro de Loreto y Guadalupe”.
Agrega el boletín, que Caballero Yonca dijo que la batalla del 5 de Mayo “demuestra que cuando se pone en riesgo al país, juntos hombro a hombro, no importando el color de la piel, la clase social o la religión que se profese, se defiende a la nación”.
Sin embargo hasta este jueves no hay que se sepa ninguna amenaza militar extranjera contra México; básicamente tiende a cero la probabilidad de que el país sea invadido en un futuro previsible.
En cambio, tal declaración que liga 83 patriotas muertos el 5 de mayo de 1862 con el actual orden político nacional y local, se da en un contexto real de acusaciones de “traición a la patria” contra 223 legisladores federales que un par de semanas atrás rechazaron una iniciativa presidencial de reforma eléctrica.
La celebración nacional del 5 de Mayo escenificada en el Patio Vitral del Palacio Legislativo, musicalizada por la Orquesta Sinfónica “José Pablo Moncayo” y el grupo vocal “Amistad”, contó además con la participación como orador del líder de la Junta, Rubén Terán, asimismo del partido gobernante MORENA.
El público estuvo compuesto por personal de la XXIII Zona Militar y la secretaría estatal de Seguridad Ciudadana, así como curiosos, reporteros, y madres y padres de los músicos.
Por fortuna, hasta el momento pocos gobiernos estatales han replicado la retórica federal sobre “traición a la patria”. Parece haber menos insensatez e ideología en las provincias de México; y esto merece ser reivindicado como un síntoma saludable y propicio a una democracia genuina.
Cabe insistir pues en que viajando todos a bordo de un planeta al borde de la guerra, toca entre connacionales cuidar más de lo habitual las palabras y persistir en el respeto debido entre pares, sean ciudadanos o legisladores.
En la coyuntura actual, el énfasis patriotero equivale a charlar sogas en la casa de un ahorcado. No viene al caso. Resulta inoportuno.
COHETERÍA
83 BAJAS El 5 de mayo de 1862 murieron en los cerros de Puebla 255 combatientes, 83 mexicanos y 172 invasores cuyo ejército triplicaba en número al nacional. La causa de la invasión fue un adeudo de 82 millones de pesos, morado por Juárez el año previo a los prestamistas extranjeros. Hubo acuerdo con Inglaterra y España, tenedores de 80 millones; mas Bonaparte “el pequeño” asumió el adeudo de 2 millones como una excusa.
Ya sin el conde de Lorencez ni Zaragoza, los bandos protagonizaron en 1863 su segunda batalla de Puebla, cuando el 16 de marzo más de 30 mil franceses sitiaron a unos 25 mil mexicanos. Los combates se prolongaron 62 días hasta la caída de la ciudad de México; dando pie la rendición de la capital, al Segundo Imperio de México perdurado tres años, hasta 1867.
CÁLCULOS Desde una perspectiva histórica el sobrino de Napoleón, un presidente de la Segunda República francesa devenido en emperador, calculó pésimo la viabilidad de un impero colonial en ultramar.
Amén de los renovados amagos de un amigo y patrocinador de los juaristas, los Estados Unidos -el vecino había superado en 1865 su única guerra civil o de Secesión-, Bonaparte III se vio obligado bajo presión de Prusia a trasladar a Francia el grueso de los soldados de Maximiliano. Fue esta una buena previsión imperial, pues la guerra franco-prusiana estallada en 1870 se cobraría casi un cuarto de millón de vidas.
Hasta la fecha, en los Estados Unidos se celebra el 5 de mayo como Día de la Herencia Latina, festejado por inmigrantes mexicanos.
ADENDUM Secuestraron, torturaron y mataron a golpes a Luis Enrique Ramírez Ramos en Culiacán, la capital de los Guzmán Loera.
Así, cerca del 80% de los periodistas asesinados este año en México han caído en estados gobernador por MORENA. El sesgo es evidente. Una pregunta resulta ineludible ante el dato duro: ¿tiene que ver tal sesgo, con los azuzamientos presidenciales contra la prensa crítica o “desleal”?