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En el contexto de las negociaciones con Hamás, Donald Trump anunció hace horas una guerra sin cuartel contra las bandas Antifas de extrema izquierda, a las que acusó de causar violencia callejera en las ciudades gringas y atacar a los agentes de ICE encargados de arrestar a inmigrantes ilegales. “Tenemos una amenaza terrorista de izquierda muy seria en nuestro país, por radicales asociados con el grupo terrorista Antifas”, dijo el mandatario, quien confirmó que podría viajar el domingo a Egipto al fin de cerrar un primer acuerdo para la paz en la Franja de Gaza.
“Hoy -insistió el mandatario-, los extremistas de izquierda han estado llevando a cabo una campaña de violencia contra agentes de ICE y otros funcionarios encargados de hacer cumplir la ley federal”. Al respecto, recordó un asalto sangriento a las oficinas de ICE en Texas: “Estaban locos, francamente., disparando a un oficial en el cuello. Y en Portland, Oregon, matones antifas han atacado repetidamente nuestras oficinas en un intento de detener violentamente la aplicación de la ley”.
Así, como en el caso de la guerra en Gaza al tomar partido por Israel, Trump se ha vuelto a colocar en una postura geopolítica claramente contraria a la de sus aliados europeos tradicionales, cuyos países están siendo rebasados por la inmigración masiva de ilegales musulmanes y cuyas ciudades han normalizado las manifestaciones violentas, antisemitas y antioccidentales en sus calles.
“Lo que nosotros estamos haciendo es legal; lo que ellos hacen es ilegal. Hace dos semanas, terroristas de extrema izquierda organizaron en Dallas un ataque de francotirador contra una instalación de ICE, matando a dos personas. Y dejaron una nota que decía: ‘Ojalá esto les cause verdaderamente terror’. Este ataque ocurrió el mismo mes en que Charlie Kirk fue asesinado” -puntualizó Trump en rueda de prensa junto a la fiscal general Pam Bondi.
“La violencia de izquierda y de terror inspirada por antifas -prosiguió Trump- ha ido en aumento durante casi una década. En las universidades, antifas han organizado turbas violentas para atacar a oradores en los campus. Son agitadores anarquistas y les pagan, lo vamos a saber muy pronto”. “Son personas malas que quieren destruir nuestro país y no lo vamos a permitir” -advirtió.
El mandatario ahondó en el financiamiento a los antifas de USA. “Han sido muy amenazantes con la gente, pero nosotros vamos a ser mucho más amenazantes con ellos, e incluso con las personas que los financian, probablemente algunas que conozco”, dijo, y llamó la atención hacia las pancartas que los antifas exhiben en las calles. “Cuando ves sus carteles, todos están hechos de papel bonito, nítido, muy caro, con hermosos mangos de madera, iguales, todos del mismo color, los hacen con máquinas de impresión muy costosas. No son personas que escriban sus carteles en un sótano porque crean en algo, son anarquistas pagados” -aseveró.

Enseguida, Trump enlistó nombres de periodistas gringos atacados por las bandas antifas. Destacó el caso de Andy Goa, un reportero de origen asiático que ha sido “golpeado repetida y salvajemente por matones antifas, e incluso, una [golpiza] le dejó una hemorragia cerebral”. Tras confirmar que el aludido se hallaba presente, le dio la bienvenida, diciéndole: “Te ves mucho mejor, es agradable tenerte, parece que aquí te sientes más seguro, ¡aunque no tan seguro!, porque los tienes a ellos” -clavó con ironía el mandatario, señalando al resto de periodistas asistentes a la rueda celebrada en la Casa Blanca.
“Bajo la administración Trump -leyó el mandatario- vamos tras los criminales antifas, y todos los que financian y apoyan sus campañas están en serios problemas. Ya tenemos muchos registros, muchas sorpresas desagradables, son personas en las que nunca pensaría”.
Trump agradeció a Pam Bondi por su comparecencia ayer ante el congreso, donde enfrentó a la bancada demócrata, y en particular por desenmascarar a un senador que durante veinte años se hizo pasar como héroe de la guerra de Vietnam; así como a un representante popular (hoy preso) que se inventó una trayectoria universitaria para dar lustre a su currículum político.
A medida que da forma a su exhortó Make America Great Again (Haz a América grande otra vez), Trump ha dado un nuevo paso al repudiar la violencia callejera con coartada ideológica y política, normalizada lo mismo en Europa que Latinoamérica. Cuando los manifestantes son antifas de izquierda, la norma suele ser la impunidad aun si -como en España y México recientemente- hay delitos graves como atentar contra la vida de los policías.
Trump aclaró al cabo de su mensaje, que combatir a los antifas no implica restringir la libertad de expresión (“siempre la he respetado”), sino hacer valer la ley en defensa de la primera democracia del planeta.
