Regreso a Clases

Li Wenliang in memoriam

El lunes habrá regreso a clases en México. Están de acuerdo los sindicatos, la SEP, ya veremos cuántos papás y/o mamás, y el presidente. Dijo Andrés Manuel que también los niños quieren volver al aburrido salón. Opino que quieren ver a los amigos, disfrutar del recreo, simplemente desentumirse un poco. Y, opino que es regreso precipitado. A ciegas de nuevo. Desconfío.

Desconfío de la encuesta a niños como argumento. No sé si cabe consultar la opinión de alumnos de primero, segundo o tercer grado en un asunto que podría ser de vida o muerte. Los diarios extranjeros informan de menores contagiados y muertos.

Por supuesto, desconfío de Gatell. Por permitir que le dieran trato de experto cuando no había expertos en covid-19 y nadie sabía nada de lo que estamos viendo. Ni siquiera -hasta la fecha- de cómo surgió el virus.

Gatell anunció hace ya 13 meses y 250 mil víctimas mortales que la epidemia estaba “domada”. Varias veces desde entonces. Se vale desconfiar de él. Habiendo niños en juego, hasta es obligatorio.

Las variantes del virus se multiplican y nadie previó que serían tan virulentas. Recién vivimos una semana como las peores de 2020 en cifras de muertes con récords de contagios. ¿Cómo saber si una semana a la baja es resaca que preludia nueva cresta de ola, como la Delta? ¿Tenemos alguna certeza de que no habrá en el otoño o diciembre un nuevo pico de muertes por covid que implique a niños?

No hay respuestas ciertas. Poco sabemos.

Por eso mismo Lo correcto es esperar. Observar la circunstancia nacional y aprender de otras experiencias. Ser conservador en el asunto. Prudencia extra, pues son niños. Nada, esperar lo que resta del año, cuatro meses.

En diciembre nos habremos alejado del Delta (supongo) y aprendido algo de las nuevas variantes.

¿Regresar a clases? Algún día tiene que ser. Pero cuando nos hayamos alejado temporalmente de la mortífera variante de moda.

Septiembre está demasiado cerca. Son niñas y niños.

PD No sé el lector, mas tengo la sensación de que la política del gobierno de México ante la pandemia se resume en la idea de una “inmunidad de manada” automática. En tal visión fatalista mueren los que de algún modo deben morir. Es error muy básico derivar de la inmunidad natural una política de dejar hacer y pasar al virus de Wuhan. A sabiendas de que China borró toda huella sobre su origen. Algún día, nuestros bisnietos sabrán toda la verdad.