Patsy Amaro: Razones profundas

Andando el tiempo (y esto abarca desde mi niñez hasta mi inmadura y permanente juventud), soy testigo vigente de las bondades de esta mujer nacida en Tlaxcala pero habitante universal de una sola palabra, heráldica para siempre en su existencia diaria: servir.

Enfocar la imagen de Patsy Amaro, y retener la toma, puede provocar ante la mirada adversa de cualquiera la sospecha de que hay una irremediable pérdida de tiempo en la vida de esta tlaxcalteca: se entrega a los demás, nada más por amor, a propósito de nada.

Otros verán en esta comunicadora acaso un derroche vocacional, una especie de hermana piadosa que mete codos y documentos con tal de asegurar una gestión triunfante para beneficio del prójimo, generalmente desconocido en su vida pero ya entrañable por la suprema condición de tratarse de un ser humano.

En la unión de pixeles inmensurables que resultan la suma de la vida, Patsy Amaro se me presenta con intermitente sonrisa, misma que en la intimidad de la confianza y la amistad no desea ocultar muy serias soledades.

Allá anduvo la hija pródiga de la dinastía Amaro, representando a un partido local por el sabido afán de querer ayudar a los demás, de representarlos honorablemente. Hablamos aquí de una mujer madura y absoluta, dueña también de un férreo carácter que logra mutilar cualquier aviso de benevolencia o reconsideración de sus acciones.

Y sin embargo, mi mirada me dice que hay en la biografía de Patsy Amaro impulsos restauradores que edifican muy en alto la libertad de hacer con la vida lo más convincente: encontrar a Dios en el semejante.

Este ha sido su más grande afán. Amorosa terquedad que la ha convertido en una ciudadana advertida en casi todos los lugares en los que se presenta.

Es obviamente notable saber que Patsy Amaro ha dedicado su tiempo y vida a ayudar donde puede y se le ha permitido: tanto en Compassion Internacional y Cruz Roja Mexicana, como en el periodismo y la política estatal.

Toda la energía de Patsy Amaro ha estado dirigida a descubrir cuáles son las razones profundas que conducen su vida.

Servir y ayudar resultan ser su principal divisa. Y eso, de ninguna manera es poco.