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México, ¿Analfabeta?

“La alfabetización nunca antes había sido tan necesaria para el desarrollo, dado que es vital para todo tipo de comunicaciones y aprendizajes y una condición sine qua non para acceder a la actual sociedad del conocimiento. Ante la profundización de las brechas socioeconómicas y las crisis mundiales del agua, el alimento y la energía, la alfabetización representa un instrumento de supervivencia en un mundo altamente competitivo”, advierte la UNESCO.

La cita, queda perfecta para el momento que vivimos en México. Lamentablemente, no solo en México, también en Estados Unidos, Inglaterra, en muchos países.

Lo que significa, que la educación, ha fracasado.

Es común decir que la gente, no lee. Sin embargo, hasta quienes leen, parecen no hacerlo o por lo menos, no hacerlo bien.

Las redes sociales son una verdadera torre de Babel. En realidad, quienes “escriben”, no dialogan, no razonan, no se leen, no están leyendo ni a quien le están contestando, ni leen, lo que están escribiendo.

Se trata aquí y ahora, de no ser imparcial con la mentira, con el engaño, con la falsedad, con las medias verdades, que gobiernan hoy a México, presentándose sus autores (gobernantes y legisladores) y corifeos, como si fueran diferentes, cuando son exactamente los mismos, incluso, con los mismos nombres y apellidos. ¿Cuál diferentes, si son los mismos? Son los mismos que gobernaron, como PRI. Son los mismos que gobernaron, como PRD. Son los mismos que gobernaron, como PAN.

Quienes gobiernan a México, andan en franca campaña (durante tres años, no han gobernado), ahora por la contra reforma eléctrica y por la ratificación del presidente.

Cito ahora a José Saramago: “El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro”. Y esto es precisamente lo que se ha hecho todos los días, a través de “la mañanera”. Los seguidores, han dejado de pensar y han sustituido el pensamiento, por la fe. Al presidente ya no se le piden cuentas de sus actos, mucho menos de sus palabras, solo se le cree. ¿Será esto, lo que llaman transformación? Cuando en realidad estamos hablando en todo caso, de conversión. Esto explicaría porque el presidente habla siempre de “mis adversarios”, cuando en realidad todos somos ciudadanos, todos somos mexicanos, con los mismos derechos que él.

Los legisladores federales, han vuelto a aprobar las iniciativas presidenciales, “sin cambiarle una coma” (otra vez, el analfabetismo en acción), cumpliendo así los deseos del presidente, como en los viejos tiempos del PRI.

“Una conducta que se normaliza… se vuelve invisible”, dice Foucault. Esto ha sido bastante estudiado y demostrado. El problema aquí, es que la ignorancia, genera rebaños, no sociedades. Luego entonces, las y los habitantes, nuevamente se transforman en súbditos y están dejando de ser ciudadanos.

Para aprobar la contrarreforma eléctrica y para convencernos de que se apruebe, están recurriendo a términos como “seguridad nacional” y “traición a la Patria”. Hacer esto, estoy de acuerdo con Saramago, es una falta de respeto que ni siquiera Lázaro Cárdenas, siendo presidente, lo intentó. Y es que es un tema bastante terrenal. Se trata de cómo se va a seguir alumbrando a México y cómo se va a satisfacer la demanda de electricidad para los próximos 10, 50, 100 años y más.

La CFE es y seguirá siendo nuestra. El mundo, no. Nunca lo ha sido. Ni siquiera de Estados Unidos, lo es hoy. Cualquiera puede revisar en qué momento, la CFE ha sido capaz de generar toda la electricidad que se consume en México. Encontrará, que nunca. Ni siquiera cuando López Mateos, expropió la industria eléctrica. Para los propósitos de “acabar con la corrupción” y de hacer que los consumidores industriales y comerciales de electricidad paguen “lo que deben de pagar”, no se necesita una contrarreforma constitucional, basta con que apliquen la ley y sancionen (metan a la cárcel, dirían los corifeos) de verdad, a quienes la han violado. En todo caso, hacer las reformas, a las leyes vigentes en la materia. Por cierto, para quienes no se han enterado: la corrupción sigue gozando de cabal salud en estos tiempos de la 4T y no es que me alegre el dato, al contrario, me indigna. Pero me indigna más, que nos quieran hacer creer, que nos quieran colonizar, con la idea de que “ya se acabó la corrupción”, cuando esta ocurre todos los días. Ahí está otra vez, el analfabetismo en acción.

Que la CFE vuelva a monopolizar la producción y venta de electricidad, monopolio disfrazado al “conceder” 46 por ciento de la producción a particulares, si se aprueba la contrarreforma, condenará a México a estar lidiando entre la escasez y la carestía de la electricidad. Está probado, aquí y en China, pregúntenle a Cuba, ningún monopolio, por más poderoso que sea, puede satisfacer la demanda eléctrica de un país tan complejo geográficamente, como México.

En cuanto a la revocación de mandato del presidente, está viciado de origen. El mandato constitucional dice que: “Será convocado por el Instituto Nacional Electoral a petición de los ciudadanos y ciudadanas…”

Todas y todos sabemos, que no lo convocan los ciudadanos y ciudadanas. Lo convocó el presidente. Y para continuar con el gobierno de mentiras y falsedades, a pesar de que la propia Constitución dispone lo contrario, ya salió la orden de palacio nacional para los legisladores, de ir a las calles a promover, no la revocación, van a promover la ratificación. Obvio, en este ejercicio de “promoción de la ratificación”, el voto ya no será libre. Es ya un voto coaccionado.

El problema, como dice Noam Chomsky, es que: “La población… no sabe lo que está ocurriendo y ni siquiera sabe que no lo sabe.”

Hago votos para que maestras y maestros, escuelas, padres de familia, revisen que está pasando y apresurar soluciones a favor de la educación en todos los sentidos y planos. México requiere una educación si, más efectiva y de calidad, pero también, crítica, que forme ciudadanos, ciudadanas y ciudadanos del siglo XXI, para tejer una sociedad del conocimiento, a pesar de todas las vicisitudes en que nos encontramos. No hay tiempo que perder.

Hago votos también, para que el presidente concluya su mandato para el que fue electo (no sin lamentar el terrible atraso en todos los órdenes, al que nos está conduciendo), sin afanes testamentarios transexenales, que tanto daño le hacen a México, como está probado históricamente, deseando que haya legisladores federales que hagan honor a su cargo y legislen para que México transite a un régimen político parlamentario. México no puede seguir hundiéndose en más presidencialismo y que hagan valer la división de poderes, que protestaron ejercer y no están cumpliendo.

Y leer. Leer mucho. Que mexicanas y mexicanos, lean.

 

 

 

 

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