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Bienvenidos a la primera edición de Mundo triste y enfermo en 2018, para lo que decidí abordar un tema tan difuso como importante; “los memes” y es que en el siglo XX la doble identidad era para los espías y superhéroes, luego llegó internet un “espacio” donde descubrimos que podíamos ser uno y más a la vez. Gracias a ese extraño universo al que podemos acceder a través de un dispositivo móvil o computadora.
Internet rápidamente se volvió una extensión de nuestra vida, ha mostrado la posibilidad de vivir “múltiples realidades”, de consumir, compartir, crear música, y video. Además de explorar nuevas libertades que incluyen al sexo y al amor, nuestras vidas van delimitando fronteras digitales y gracias a todo lo anterior, también cambió el arte.
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En la última década surgió una tendencia artística que fue acuñada como “arte post internet” y pese a que se entiende como el arte vocera de los sucesos después de internet, ésta corriente desea sensibilizarnos acerca de cómo nuestras vidas se relacionan con la red y su evolución. Suena complicado pero seguramente hemos sido testigos de su influencia más de una vez.
“Almas digitales” en un universo digital donde el control no existe y las posibilidades crecen, por ello el post internet busca que nos encontremos naturalmente retratados en nuevos medios , en colores antinaturales y en la caótica contradicción de información infinita a la que nos conectamos diariamente.
Para entender el post internet, me referiré específicamente a “los memes” que ilustran el espíritu de nuestro tiempo y que va mermando nuestra intimidad como un entretenido intruso, y por si fuera poco externa la brevedad de nuestro sentir en diversos timelines.
¿Quiere usted ser un gato, una estrella porno? ¿Tener un millón de amigos? Casi todo es posible, incluso simultáneamente, el constante uso de memes como símbolo de crecimiento potencial, la infinita repetición de la imagen, la muerte de los mensajes e incluso el humor como método de acceso al público son, entre otros tantos, recursos que artistas encuentran como medio de expresión.
No somos los mismos escribiendo tuits, que publicando memes en Facebook, poniéndonos cara de perrito en Snapchat o «buscando el amor» en Tinder. ¿Es usted un artista Post-Internet? Probablemente no, pero quizá sí sea o vaya a ser la inspiración de uno.
En suma hoy tenemos muchas identidades, en cada aplicación o red social tomamos roles nuevos.