Código Tlaxcala
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¿Lorena o Anabell?

 

No sé si Lorena Cuéllar podrá ser gobernadora en su segundo intento. En enero lucía imbatible y en favor sumaba además la buena educación: sonrisa fácil, una voz bajita hasta la dulzura, ojos pizpiretos y amigables con las cámaras, el relax que suele coronar la madurez de algunos privilegiados. Por si algo faltara, contaba entonces con el respaldo del “fenómeno AMLO” (Bartlett dixit).

Hace tres meses hubiera apostado (no sin recelo, es política) mi residencia estilo Infonavit. Las encuestas importantes la ponían arriba más de 20 puntos porcentuales (cerca de 100 mil votos sobre una votación efectiva en torno a 55%, unos 500 mil tlaxcaltecas). Luce lógico en lontananza.

Sin embargo, al caballo de hacienda de Lorena Cuéllar se le atravesó Mario Delgado, el líder nacional de MORENA con apoyo del presidente de México. A fin de ahorrar discusiones fútiles, quiero dar por supuesto que AMLO delegó genuinamente la función partidista y Delgado es enteramente responsable de la desastrosa gestión de la selección de candidaturas en MORENA. Es adulto -y dice que demócrata.

Delgado, opino, es el López-Gatell de la estrategia electoral del partido del presidente. Todo lo hace mal. Para empezar, hizo ver casi democrático el proceso de selección de candidatos del PRI -lo que no es poca cosa. Escondió encuestas que nadie sabe si se hicieron, cuyo reporte y documentos probatorios se deben entregar por ley al INE (o el IET según el caso). Negó a los propios militantes ¡y a los aspirantes! el acceso a las encuestas presuntas, como si fueran secretos militares o asuntos de Estado. Todos: marginados o ganadores con los que he podido hablar, y no son pocos, me lo han confirmado.

Mario Delgado en Tlaxcala, en campaña para presidente nacional de MORENA el pasado mes de septiembre. FOTO lineadecontraste.com

 

Delgado falló en lo más elemental de la política: fue incapaz de cerrar las heridas del cochinero, contentar a la senadora Ana Lilia Rivera y la empresaria Dulce Silva. No lo hizo a tiempo. Para colmo, como muchos morenistas que hoy están contra Lorena Cuéllar, Rivera y Silva dicen estar con López Obrador. ¿Cómo eso: dan por válida la suposición de que Delgado procede por su cuenta y riesgo? Lo dicho: mucha confusión.

El punto es que las cosas se le están complicando a la favorita Lorena Cuéllar. Escribo favorita basado en mediciones del último mes de encuestadoras como México Elige, del diario El Financiero, de El Universal, y de un concentrado de encuestas que hallé en internet (la gran mayoría, “encuestas” baratas online). Un promedio recogido al azar concede a Lorena 8 puntos de ventaja. Sin embargo, un grupo de encuestas telefónicas le otorga más de 10 puntos. Sigue siendo una gran ventaja, unos 45 mil votos dada la participación de 55%.

Actualmente, el principal factor en contra de Lorena Cuéllar, la candidata de Juntos Haremos Historia, es sin duda la realineación de morenistas ofendidos con el método de selección de Delgado. Pero no es el único. La participación del líder nacional al lado de Salgado Macedonio en el asalto al INE, ello con el aval público del presidente de México, ha llevado a la idea opositora de un “voto útil” de los inconformes con la 4T. Lo leí en varios comentarios de Facebook.

Meme de Salgado Macedonio. (Twitter)

 

El momento político del país está afectando la elección de la próxima gobernadora de Tlaxcala y no es tan propicio a la 4T. Los problemas se postergan y acumulan los errores del humano (ejem) quehacer de gobernar. Dicho esto, cabe dar crédito a la terca y voluntariosa exalcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca.

La nativa de Totolac es casi todo lo opuesto a Lorena Cuéllar. La cama de seda y las privaciones frente a frente. La educación que se mama y la escolarizada. La dicha de ser ante la voluntad de ser alguien. Se hizo a sí misma Anabell a fuerza de tenacidad. Su modo de hablar se parece todavía, a pesar de los estudios universitarios, al de muchas personas del pueblo cuando hablan en público. Pienso con todo respeto que le tocó como al magnífico gobernador Mena, un partido bastante dudoso a los ojos del mundo democrático, donde se hizo ella de una cultura política así como tantos otros colegas (notoriamente de MORENA y el PRD) venidos de abajo.

La empinada ruta de la hoy candidata de Unidos por Tlaxcala hacia los más altos niveles de la política local, exornado por las flores que cada semana hacía cambiar en la fuente del edificio de la Presidencia Municipal, debió ser un gran reto. Acerca de su carácter, se equivocan feamente los que propalan que pudiera ser una marioneta de nadie. Baste recordar que supo renunciarle a González Zarur (no ser renunciada) la secretaria de Gobierno cuando lo creyó necesario.

Gatelismo en la elección tlaxcalteca. FOTO Cuartoscuro

 

Pero ¿podrá remontar la candidata de Unidos por Tlaxcala su enésima cuesta arriba?

En tiempos normales, no. Apostaría mi residencia estilo Infonavit. Pero esta no es una elección normal. Los votos morenistas valen doble para la perseguidora. Además, la polarización política siempre será impredecible. Nunca se puede estar seguro del curso ni la desembocadura de la crispación. El lunes el INE fue sitiado y Lorenzo Córdova amenazado ¿de muerte? como hacían los morenistas hoy en el gobierno cuando eran oposición. Ayer el Senado le regaló dos años al “magistrado cuate” Zaldívar. Todavía el Tribunal Electoral deberá decidir si apoyar al INE o apoyar a Macedonio.

Quiero ser salomónico a riesgo de tachado convenenciero: da gusto saber que Tlaxcala tiene dos buenas candidatas de las cuales saldrá la segunda gobernadora de la historia moderna del estado. Ni modo, MORENA: tienen rival. Anabell Ávalos sigue vivita y coleando a 52 días de las votaciones.

Si Lorena Cuéllar no lograra convertirse en segundo Cisneros y segundo Cuéllar en ocupar la gubernatura de Tlaxcala, los interesados deberán reclamar directamente a Mario Delgado. Esto, suponiendo que se conduzca por su cuenta.

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