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La Curva COVID que Arruinó al Rey /R. Braginski (Argentina)

La peligrosa curva del coronavirus que ya arruinó a un rey /Ricardo Braginski, Clarín (Argentina), 23 Mar

 

Esta columna se ocupa habitualmente de temas de educación y qué mejor que aprovechar las circunstancias para hablar de la función exponencial. Una de las tantas que se ejercitan en la escuela -humildemente, con perfil bajo- pero que ahora, por la pandemia, ganó la tapa de los diarios.

Quien haga un poco de memoria recordará que a la función exponencial se la representa con la ecuación f(x) = aˣ. Ahí, la variable independiente (la que cambia) es un exponente, es decir, la potencia de un número, la “x”. Por eso, cuanto mayor sea ese exponente la tasa de crecimiento de la función será mayor.

Si lo aplicamos al contagio de una enfermedad y el exponente es 2, por ejemplo, la cantidad de contagiados se va a ir duplicando en un determinado lapso de tiempo. Y si es 3, se irá triplicando. Los especialistas estiman que cada persona que tiene coronavirus contagia a otros 2,5 (exponente 2,5). Es muy alto para una enfermedad, y por eso crecen tanto los contagios en lapsos tan cortos de tiempo.

La función exponencial tiene otra característica. Es “contraintuitiva”, es decir, va contra nuestras percepciones cotidianas. Es difícil entender que una enfermedad que tiene muy pocos casos en un momento pueda alcanzar semejantes magnitudes a los pocos días. ¿Por qué pasa?

Para comprenderlo, nunca está de más acudir a la famosa leyenda de Sisa, o la curva exponencial que arruinó a un rey. Cuenta la leyenda -escrita en 1256- que hace muchos siglos en el noroeste de la India (donde hoy está Pakistán o Afganistán), había un rey tan rico y poderoso que, aburrido, un día llamó a su sirviente más inteligente, Sisa, y le pidió que creara un juego que lograra entretenerlo. Sisa creó el ajedrez.

Al rey le pareció genial. Y como agradecimiento, le permitió elegir la recompensa. Sisa pidió sólo que le pagaran un grano de arroz por el primer cuadrado del ajedrez, 2 por el segundo, 4 por el tercero y así -en forma exponencial- hasta llegar a las 64 casillas del tablero. Sí, la función exponencial con un tímido exponente de 2.

El rey aceptó sin dudarlo. Le pareció una ridiculez. Pero fue su ruina. Es que hasta 1, 2, 4, 16, 256 granos de arroz todo venía tranquilo. Pero la cosa se desmadró al final, y sobre todo cuando tuvo pagar el casillero 64: 18.446.744.073.709.551.615 (18,4 trillones) de granos de arroz. Se estima que equivale a 400 veces todo el trigo que se produjo en 1990 en el mundo.

Con el coronavirus hoy pasa algo similar. Si uno lo dejara libre, la pandemia podría crecer en pocos días a su máximo nivel exponencial.

Por eso es tan importante el aislamiento que estamos cumpliendo. El objetivo es bajar ese exponente de 2,5 al mínimo posible. El objetivo es que se “aplane” la curva y permitir que en los próximos días los casos no se disparen, para que, así, el sistema de salud pueda atender a todos los pacientes cuando lo requieran.

Entre todos podemos bajar ese exponente y así salvar vidas.

Sin secretismos fuera de sitio, gobierno argentino montó una Sala de Situación para monitorear avances del COVID-19. FOTO clarin.com

 

 

Link  https://www.clarin.com/opinion/curva-arruino-rey_0_-ejX5CgqT.html

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