contacto@codigotlaxcala.com
2461205398 / 2461217662
Fallas Inaceptables de Mena en Salud, Educación y Seguridad
Si bien los primeros meses no le fueron suficientes al gobierno de Marco Antonio Mena para re direccionar la política para Tlaxcala en rubros tan sensibles como los de salud, educación y seguridad, tras seis años de errores, omisiones y saqueos del marianismo; hoy lamentablemente lo que se mira es un rumbo de más inestabilidad y fallas inaceptables que de continuar así seguirán generando deficiencias que podrían derivar en un escenario desastroso para los tlaxcaltecas en estos rubros en los siguientes años.
Las múltiples deficiencias que dejó el marianismo en materia de salud por parte del gobierno del estado eran y son muy visibles: el desmantelamiento de los hospitales creados por el gobierno orticista, la eliminación de aproximadamente el noventa por ciento de servicios de médicos especialistas indispensables para cualquier entidad; el deterioro de los servicios en hospitales y centros de salud y la desaparición de millones en medicamentos con recursos del seguro popular aderezaron una artera puñalada a la salud de los tlaxcaltecas en la pasada administración.
¿Qué era lo que se tenía que hacer ante dicho escenario para salir de este problema? Eso precisamente es lo que habría tenido que decir el actual gobernador y su secretario de salud Alberto Jonguitud Falcón; sin embargo el rumbo que han mostrado es la omisión a presentar un proyecto para ir dando solución a esa múltiple problemática.
Hace unas semanas Jonguitud Falcón declaró por ejemplo que en el caso de falta de medicamentos en hospitales se solucionaría en el corto plazo; sin embargo sólo fue retorica ya que beneficiarios del seguro popular han tenido que seguir comprando muchos de los medicamentos que les recetan debido a que simplemente les dicen que no los tienen, y en muchos casos de plano hay recetas que ni siquiera uno de los medicamentos recetados se surte.
Los servicios de salud siguen siendo en extremo deficientes, donde cada que hay periodos vacacionales, o puentes, en los hospitales se suspenden servicios de primera necesidad, y sólo se queda una guardia insuficiente para atender a la cantidad de pacientes, de ahí que muchos se ven obligados a pagar consulta en clínica privada pese a ser gente de escasos recursos .
La falta de médicos especialistas sigue siendo símbolo del retroceso en este rubro a que los últimos dos gobiernos priistas han orillado a Tlaxcala sin importar en todo esto que este rubro sea uno de los más sensibles para cualquier sociedad, y que los tlaxcaltecas tengan que seguir sufriendo la falta de gobiernos honestos y con sentido humanista.
Algo similar ocurre en el sector educativo estatal con Manuel Camacho Higareda al frente de la Uset, sector en que parece que ante la ausencia de gestión, diálogo y voluntad política para apoyarlo, se estaría creando una bomba de tiempo que podría en el corto plazo desestabilizar a todo este sector.
Ha sido notoria la falta de talento del secretario estatal de educación pública para evitar los conflictos cada vez más numerosos en este sector, donde ha preferido esperar a que revienten los conflictos como el reciente de la Fnerrr que apoyados por la organización “Antorcha campesina”, de ligas priistas, realizaron una nutrida marcha como acto de presión luego de un larguísimo plantón frente a palacio de gobierno, ante lo cual las autoridades estatales tuvieron que abrirse al diálogo no por voluntad, sino por la fuerza.
Hoy la falta de infraestructura en este sector, la falta de rehabilitación de escuelas, la falta de trabajo y de inversión pese a que los recursos son en su mayoría federales no habla nada bien del gobierno estatal, además de que hay una clara inestabilidad en varios sindicatos del sector educativo cuyos líderes no ven clara la política de Mena ni de Higareda.
Otro problema grave sin duda es la continuidad que Marco Mena ha dado a la política de Mariano González de no entregar recursos millonarios que el gobierno estatal adeuda a la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), y que ya superan los doscientos millones de pesos.
Al tomar esta necia decisión de no apoyar a la Máxima Casa de Estudios de Tlaxcala, el gobierno de Marco Mena muestra una enorme ignorancia como la de su antecesor al no tomar en cuenta que de esta institución egresan los administradores, contadores, juristas, médicos y tanto otros profesionales que sirven al desarrollo y atienden los grandes problemas de la sociedad tlaxcalteca.
Pero parece que los rubros más sensibles en la entidad no importan al actual gobierno como no importaron al anterior. La pregunta es entonces qué es lo que importa a estos gobiernos priistas que sonríen y se pavonean con una tranquilidad insultante y una retórica fuera de la realidad del estado que mal gobiernan.
La inseguridad que se vive en la entidad es otra muestra, ya no de la falta de oficio y sensibilidad del gobierno; sino quizás de algo peor que se ha dado en otros estados donde las autoridades están coludidas con los delincuentes convirtiéndose en el mal de la sociedad.
En Tlaxcala ya es en extremo preocupante desde el sexenio pasado el crecimiento de delitos como el secuestro, los robos de todo tipo, el asalto, el feminicidio y tantos otros delitos que se han convertido en el pan de cada día en la entidad, y que las autoridades como el gobernador y el procurador del estado Tito Cervantes se han convertido en meros espectadores de este clima de inseguridad que sufren las familias tlaxcaltecas.
La posible activación de la “Alerta de género” en el estado por la inoperatividad y omisión en el combate a la violencia contra las mujeres y trata de personas, es algo vergonzante, ya que muestra la ineficiencia e ineficacia del gobierno para cumplir con su trabajo en esta materia.
De ahí que la “Alerta de género”, viene a ser algo así como obligar al gobierno del estado a hacer su trabajo; ya que obviamente no lo ha hecho, por ejemplo en algo que está a la vista a nivel internacional como es el asunto de los tratantes en Tlaxcala ante la pasividad y tolerancia del gobierno que muy poco, o nada hace para desarticular las redes de tratantes, que se sepa no ha desarticulado a ninguna, y las desapariciones de niñas continúa.
Las recientes recomendaciones al gobierno de Tlaxcala hechas por la CNDH por el asunto de la contaminación del agua; así como las de expertos por el asunto de violencia de género y trata, no muestran; sino que ante la inacción de las autoridades para cumplir con sus obligaciones ha sido necesario implementar medidas para obligarlo a hacer su trabajo, que lamentable.
Tal parece que lo de moda en Tlaxcala es que organismos nacionales tengan que intervenir para obligar al gobierno a que cumpla con su trabajo por un lado, y por el otro a obligarlo a que aplique los recursos federales en forma adecuada, ya que no lo ha hecho.
Mientras que en los rubros antes mencionados como salud, educación y seguridad, las medidas de presión a través de protestas y exigencias parecen ser la única salida para activar al gobierno de Marco Mena e iniciar al menos el diálogo, aunque sin la garantía a la solución del problema.
El gobierno de Marco Mena ya sólo cuenta con cuatro años y tres meses para implementar medidas para tratar de atacar el cúmulo de problemas que hay en el estado; pero aún no se ve nada claro. Gobernador seguimos esperando conocer que va a hacer al respecto por el bien de los tlaxcaltecas.