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Ramón Alberto Garza /Reporte Índigo (México), 7 Mar
Como si la disputa abierta con Ricardo Anaya no fuera suficiente, en Los Pinos deben estar preparándose para librar una nueva disputa con otro candidato presidencial: Jaime “El Bronco” Rodríguez.
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A quien lo quiere escuchar, el gobernador con licencia de Nuevo León le está diciendo que el presidente Enrique Peña Nieto y el coordinador priista Aurelio Nuño le fallaron.
¿En qué le pueden fallar el presidente priista y sus hombres al perfilado candidato independiente a la presidencia? Pues en que dice que no le están cumpliendo lo que le prometieron para dejar la gubernatura y se fuera a quietarle votos a Andrés Manuel López Obrador.
Desde su particular óptica, el indiscreto Bronco está vociferando que su candidatura independiente es un pacto con Peña Nieto. Y que ese acuerdo se dio bajo condiciones.
La primera, que de no ganar la presidencial, “El Bronco” volvería a su silla como gobernador de Nuevo León.
La segunda, que mientras se fuera a campaña, él pondría al gobernador interino. Alguien a modo, bajo su servicio.
Tercera, que si en el camino se venía la designación de los cuatro fiscales independientes, el PRI apoyaría a los personajes que “El Bronco” dijera.
Y cuarta, que desde la secretaría de Hacienda fluirían sin problemas los fondos para sacar adelante los proyectos de Nuevo León.
Los priistas habrían cumplido el primer tramo e instalaron a Manuel González como gobernador interino, quien dicho sea de paso está haciendo una mucho mejor labor que “El Bronco”.
Pero la tersura del interinato no se repitió en la selección de los cuatro fiscales, que fueron pactados entre las fracciones del PRI y del PAN, sin que ni el gobernador con licencia ni el interino pudieran meter mano.
El resultado es que, para todo fin práctico, el candidato a fiscal “independiente” que Jaime Rodríguez buscaba –el actual procurador Bernardo González- fue ignorado.
En su lugar se promovió a Gustavo Adolfo Guerrero, un personaje ligado a los intereses de los priistas Natividad González Parás y Rodrigo Medina. Y algo similar sucede con los fiscales Anticorrupción y de Delitos Electorales.
A decir verdad, el incumplimiento no fue de los priistas, sino de los panistas, quienes no acabaron de planchar con Manuel González las condiciones para refrendar a Bernardo González. Y ahora el todavía precandidato presidencial dice que esa traición se gestó en Los Pinos.
Por eso “El Bronco” dice que está pensando si se mantiene o no como candidato, destruyendo su supuesto pacto presidencial.
Jaime Rodríguez está temeroso, y con razón, de que él, quien es hoy el fallido perseguidor de su antecesor Rodrigo Medina, con el nuevo fiscal independiente acabe por ser el perseguido.
Y vaya que hay tela de donde cortar, con la abundante corrupción que se dio en sus primeros dos años de gobierno. Ello sin dejar de indagar los orígenes oscuros de los dineros que le financiaron la campaña que lo sentó en la gubernatura.
Quizás sea por esos temores que en el INE ya se dieron cuenta de que la gran mayoría de las firmas recolectadas por “El Bronco”, son falsas.
En un descuido el gobernador “independiente” con licencia de Nuevo León no alcanza a salir en la boleta electoral. Y si el pacto es cierto, quizás sería lo mejor que le pudiera suceder a Los Pinos.
No hay espacio político para lidiar con otro traidor al que por cierto, ya lo rodean sospechas de que al final acabe por entregarle su capital político al puntero candidato de Morena.