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Contra la Impunidad: Todo y Todos Juntos
La violencia, si bien, siempre ha acompañado al ser humano a través de la historia, es un hecho que en México, lo que incluye a Tlaxcala, ha rebasado, con mucho, demasiado, inhumanamente, el nivel de tolerancia.
Habrá quienes busquen explicaciones, y sin embargo, ya es muy tarde para explicarla. Hay que actuar, hay que frenarla y la única forma, es que ya no haya acto violento de cualquier naturaleza, que quede impune.
Ni una niña más, tampoco, ni un niño más. Ninguna mujer, ningún hombre, ninguna persona de la tercera edad.
No se trata solo del asesinato, se trata del maltrato cotidiano que todavía está presente en una gran parte de la sociedad, se trata también de la tortura física, moral y psicológica
Como podemos ver, vivimos y convivimos cotidianamente con la violencia, en sus muy distintas formas de expresión.
Este es el punto en donde, si de verdad queremos desterrar la violencia de nuestras vidas, es necesario transitar hacia un cambio radical en la forma de ver la violencia.
La cero tolerancia a la violencia, tiene que ser una forma de vida, de paz, de diálogo, de entendimiento, de escuchar, de atender y finalmente, de acordar, cómo vamos a tratar ahora, cómo vamos a procesar, nuestras diferencias, desafectos, desacuerdos y oposiciones.
Ello tiene que darse, si estamos optando por la no violencia, desde luego en las familias, en las escuelas, en los centros de trabajo, en las organizaciones de todo tipo y desde luego, en las relaciones gobierno-sociedad.
Ello, obliga al primer mandatario, a ser el primer mensajero de la paz y de la no violencia, pero también, el primer obligado e interesado en frenar y no permitir la impunidad.
Por ello se requiere el fortalecimiento, profesionalización y el uso de tecnología de punta, en y de la procuración de la Justicia, sin importar la denominación que tenga en lo federal y en lo estatal. En igual forma, urge ya, la consolidación del Poder Judicial, como poder autónomo y la rápida reestructuración del entramado jurídico federal y local, que impida de una vez por todas, que la impunidad siga reinando en México.
Basta ya, de expedientes incompletos y mal fundamentados. Basta ya, de actos leoninos de los jueces, en perjuicio de las víctimas.
Los derechos de las y los ciudadanos, de las niñas, de los niños, de las mujeres, de los hombres, de las y los adultos mayores, de las víctimas de los delitos, están y debe ratificarse así, por todas las instancias de poder y de autoridad, por encima de cualquier otra consideración.
Urge pues, que todas y todos, enfrentemenos como uno solo, a la violencia en todas sus formas de expresión.
El paro nacional de mujeres, debe ser el principio de un nuevo entendimiento, entre el Estado y la Sociedad. Hay que dejar los planteamientos ideológicos para la Academia y el debate propiamente político. La gente quiere S E G U R I D A D y eso es un compromiso del Estado, procurar Seguridad a sus habitantes, a todos y todas. La clave: que ya no haya Impunidad. Todo delito, cualquiera que sea, tiene que ser castigado, sin más.