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Rosa Icela Rodríguez Debe Explicación Sobre su Recomendado Álvarez Valenzuela

La primera evaluación a Lorena Cuellar Cisneros como gobernadora de Tlaxcala, se la impuso ella mismas al querer rendir un informe de los primeros cien días, costumbre política que enjuiciaban los medios informativos, principalmente, pero que ahora es iniciativa del propio gobernante.

Un logro, por lo menos en la estadística, es en seguridad pública, como lo destacó en la última reunión de seguridad, que durante la transición gubernamental no se dispararon las cifras de inseguridad, como sucedía cada cambio de gobierno.

Salvo el caso del Secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) acusado de participar en desaparición de persona, que anda prófugo, en esta materia, podría decirse que al nuevo gobierno no se le salió de las manos una eventual lucha por la plaza, o que la percepción de los delincuentes de que el relevo de autoridades policiales le da condiciones favorables para delinquir, no se dio en esta ocasión.

Claro, según la estadística oficial. Pero es cierto que no se desató la incidencia delictiva.

Del fugado Alfredo Álvarez Valenzuela, quien debe dar explicaciones es Rosa Icela Rodríguez Velázquez.

La titular de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana a nivel federal, fue quien recomendó –e impuso- al ahora prófugo como jefe de la policía preventiva en Tlaxcala.

Hay ciertas áreas en las que se impone el gobierno federal a los gobernadores en los estados. Es de entenderse el sometimiento de un gobernador y en este caso gobernadora, cuando reditúa más la buena relación con el presidente de la República.

Esto sucede en las dependencias de acciones coordinadas y relación estrecha, básicamente en materia de seguridad, educación, salud o en la distribución de programas sociales, más aún cuando Ejecutivo estatal y federal pertenecen al mismo partidos, corriente o alianza.

Lorena Cuellar no está en condiciones para revelarse a los designios del presidente de México, ni le convendría ejercer su autonomía; ante lo cual la gobernadora muestra oficio político, aunque podría haber, por lo menos, debatido la recomendación de Álvarez Valenzuela.

Los antecedentes del este policía de carrera, que formó parte de la extinta Policía Federal, donde fue parte de un operativo que en Chihuahua en que resultó un presunto delincuente desaparecido, no obstante que son más de una veintena de elementos involucrados, algo que complica fincar una responsabilidad penal, o del señalamiento en Guerrero de ordenar tortura en otro operativo contra estudiantes normalistas de Ayotzinapa, cuando fue secretario de Seguridad en Acapulco.

Sin embargo, para el talante humanista y “sororidario” de la mandataria tlaxcalteca, debió ponerse sobre la mesa las acusaciones de acoso laboral y hostigamiento sexual que pesan sobre el exmando de la SSC, ahora prófugo, por parte de una trabajadora de la Unidad de Política Policial, Penitenciaria y Seguridad Privada en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

De acuerdo a esta denuncia ampliamente documentada, el tipo se hacía el “chistosito” para proponer relaciones sexuales, implicando represalias laborales de no acceder, lo que al final sucedió a pesar de hacerlo del conocimiento del entonces titular de la SSPC, Alfonso Durazo, quien perseguía tanto la gubernatura de Sonora, que hacer justicia a una subordinada era lo de menos.

Grave es que también la actual secretaria de Seguridad supo de la denuncia de hostigamiento sexual, del acoso laboral de Álvarez Valenzuela y sus compañeros, además del despido de esta mujer por atreverse a evidenciar el contubernio entre altos mandos.

Aún con estos antecedentes, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, no sólo lo recomienda sino lo impone, bajo intereses oscuros que siempre conlleva esta área del gobierno con altos índices de la corrupción, esa de la más lastimosa para la sociedad.

También hay que revisar la famosa Plataforma México, de la que se cuestiona la forma y el fondo de cómo y quién la alimenta y actualiza, pues no es la primera vez que solapa el reciclaje de policías que brincan entre entidades dejando atrás estelas de corrupción, abusos, incluso delitos.

La gobernadora en automático lo despide aún respetando la presunción de inocencia; le encarga la SSC a Maximino Hernández Pulido, exdirector de seguridad municipal capitalina, algo que han pedido los elementos estatales, quienes son policías por vocación, que haya un “jefe policial tlaxcalteca”, por lo que Lorena Cuellar, ya con legitimidad para no aceptar otra imposición de la federación, debería ratificarlo o considerar a un local para secretario de Seguridad Ciudadana.

ESGRIMA… 

“TODO PARA LA GOBERNADORA”

Hablando de la Gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuellar Cisneros…

¿Sabrá la mandataria que el diputado local Rubén Terán, a la sazón controlador de la mayoría de la LXIV Legislatura, usa de más su nombre para someter a sus correligionarios?

¿El coordinador y concertador político del Congreso del estado hace que no les entreguen recursos completos a los diputados con el pretexto de que deben cooperar con recursos “para la gobernadora”?

¿Por qué los diputados de Morena y aliados deben aportar de sus recursos “para la gobernadora” como se los exige Rubén Terán?

¿Cómo le hace Rubén Terán para someter al presidente del Comité de Administración para controlar los gastos de Poder Legislativo?

¿Será que por eso que el líder de la bancada morenista defiende a Vicente Morales para que siga al frente de dicho Comité?

¿Sabrá el diputado de Morena Vicente Morales la bronca política y administrativa en la que lo mete su líder de la fracción partidista?

¿Se fragua una rebelión de diputados por los recursos, pero que repercutirá en el proyecto de la gobernadora Lorena Cuellar?

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