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Patógenos / Vianey Esquinca (Excélsior)

Patógenos /Vianey Esquinca, Excélsior (México), 26 Ene

 

En medio de la alerta mundial por la presencia y avance del coronavirus, se dio a conocer que en México se habían presentado casos sospechosos de haber contraído este agente infeccioso.

Afortunadamente, hasta este momento, ninguno de los pacientes ha dado positivo. Sin embargo, la autoridad sanitaria no debería bajar la guardia, pues hay otros patógenos que han sido contraídos por varias personalidades del ámbito público.

La lambiscoccus extremodium es una bacteria que provoca dificultad para pensar por sí mismo, confusión e inestabilidad intensa. Muchos de los legisladores de Morena presentan esta condición que se ve acentuada en cada periodo ordinario de sesiones cuando tienen que avalar todo lo que el Presidente les manda. A veces, la bacteria ataca al cerebro generando incompetencia, incontinencia verbal y agresión hacia sus congéneres

Frecuentemente este microorganismo ocasiona también que se pierda la memoria y que lo que criticaron en el pasado ahora lo permitan o aplaudan.

Un cuadro agudo de esto lo presenta el padre Alejandro Solalinde, quien en el pasado decía: “Donald Trump truena los dedos y sus sirvientes sabuesos del gobierno mexicano lanzan a la persecución de migrantes. Pero ni el INM ni Peña Nieto ni Trump detendrán el éxodo migratorio provocado por el sistema capitalista. Exijo respeto a los DH de las personas migrantes”. Hoy, en cambio, avala la política migratoria del gobierno de la 4T y hasta aplaude la actuación de la Guardia Nacional.

En algunos casos, este germen genera adormecimiento en la lengua y el portador es incapaz de leer en voz alta. La titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra definitivamente debería ser internada pues la lambiscoccus extremodium la atacó en su forma más agresiva haciéndola pensar que su misión es la sumisión a la administración de Andrés Manuel López Obrador.

Rosario Ibarra y AMLO, lambiscoccus y necceria colI, respectivamente. FOTO Moisés Pablo, Cuartoscuro

 

Existe otra bacteria aún más peligrosa: la necceria coli que genera alucinaciones y alteraciones de la realidad. Se presume que el mandatario mexicano contrajo en alguno de sus viajes este microbio y por eso comúnmente tiene otros datos y comenta que él no ha visto lo que todo el país sí.

Apenas el pasado viernes presentó nuevamente este síntoma y dijo que, a pesar de los videos, las fotografías y los testimonios, la Guardia Nacional no estaba violando derechos humanos y sólo estaba conteniendo y aguantando a los migrantes centroamericanos que trataban de cruzar la frontera.

La ausentis palladium conocida popularmente como “el mal del florero”, genera que quien la contrajo no esté alerta ni interactúe cuando está despierto, es más parece que siempre está dormido. Irónicamente, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, fue contagiado.

No importa si hay desabasto de medicamentos, si hay una crisis de salud por la mala implementación del Insabi o la eventual llegada del coronavirus al país. La bacteria ha provocado que no vea ni oiga nada, está en estado vegetativo político. Se presume que Alcocer no es el único, muchos secretarios del actual gabinete que nadie conoce ni se sabe qué hacen tienen esta infección.

Lamentablemente, ni la Organización Mundial de la Salud ni ninguna autoridad sanitaria o laboratorio mundial ha encontrado la forma de erradicar a estos microorganismos, pues son resistentes a la realidad, a las críticas y a cualquier antibiótico conocido. Hasta el momento, lo único que ha podido detener su avance y su contagio son los resultados electorales, que les permiten vivir o morir (políticamente) a los portadores.

 

 

Link  https://www.excelsior.com.mx/opinion/vianey-esquinca/patogenos/1360452

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