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Todo es obra de nuestra triste y torcida sociedad mexicana, machista y sometida
Últimamente los seres humanos somos tan entregados a las tendencias y etiquetas, que una muy común es ese patético término; “cabrona”.(acuñado para ciertas mujeres de la sociedad actual).
Curioseando encontré las siguientes connotaciones para tan referido término:
Cabrona; esa mujer independiente, libre y empoderada para sobrevivir sola.
Cabrona; dícese de la mujer asertiva, inteligente, segura de sí misma, que sabe lo que quiere y lucha por conseguirlo sin pretextos ni concesiones.
Cabrona: mujer que estrecha lazos sentimentales lejos de la necesidad, sólo por decisión propia.
Según lo anterior, muchas mujeres podrían reunir esas características. Entonces ¿para qué hacer tanto alarde de eso?
Y es que la etiqueta “cabrona”, no encuentra su fortaleza en la definición ,sino en todo lo que implica, y me refiero a esos gritos desesperados de independencia, mujeres aferradas a auto convencerse de que son “cabronas” para no tener que lidiar con su verdadera personalidad (vaya que esto último requiere un alto grado de valentía).
Y es que en esta generación, al entrar en una nueva era, en la que muchas mujeres buscan un futuro armonioso, se dan cuenta de que no necesitan estar atadas a una persona del sexo masculino. De ahí surge este latente manifiesto de independencia radical ante los hombres.
Y está bien vivir bajo esa premisa, ninguna mujer ha muerto de soltería. Es bueno querer reinventarse, pero no significa vivir eternamente a la defensiva para ser respetadas.
La lucha entre hombres y mujeres siempre será muy complicada, en todos los casos alguna de las partes siempre va a salir perdiendo, así que no creo necesario entablar esa rivalidad.
Creo que hombres y mujeres, en el plano de equidad y bajo ninguna etiqueta, pueden concebirse como personas sin tener miedo a dar todo lo bueno que tienen de sí. Y en el caso de compartir una relación sentimental, es muy sano conservar su vida social, por separado aficiones e intereses.
Impulsar una sociedad sin miedo a la soledad, que carezca de la necesidad de mostrarle al mundo cuan felices son con su soltería, usando frases como “enamorada de la vida” “divorciada del sufrimiento” o esas cosas tan garrafales que siempre comparten en las redes sociales.
Ser una mujer “respetada” no requiere de agresiones o posturas soberbias. Lo importante en estos tiempos, como mujer, es saber perfectamente lo que quieres para ti y en tu entorno.