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Guardia Nacional y SSPE, Superadas por Turba Ebria y Armada: Vicealmirante Amezaga
“Lamento profundamente los hechos ocurridos en comunidades de los municipios de Cohuecan y Tepexco, expreso mi solidaridad con su pueblo y sus autoridades municipales, auxiliares y comunitarias, a las que hay que respaldar y fortalecer”, tuiteó este jueves Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, en relación a la masacre de Cohuecan y Tepexco ocurrida ayer.
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La postura del mandatario morenista del estado natal de Beatriz Gutiérrez, esposa del presidente López Obrador, había sido secundada la víspera por sus principales subalternos.
Ayer Fernando Manzanilla Prieto, secretario de Gobierno de Puebla, afirmó que las autoridades sí aplicaron el protocolo contra linchamientos, al tiempo de admitir que “para evitar un enfrentamiento con la gente no se usó la fuerza”.
“Se trata de privilegiar el diálogo”, insistió Manzanilla a pesar de los relatos dantescos recogidos en la prensa poblana. Al momento, cumplidas más de 24 horas de los asesinatos multitudinarios que evocan el Auto de fe de la Inquisición colonial, aún no hay un solo detenido.
En su turno el vicealmirante Miguel Idelfonso Amezaga, a cargo de la secretaría estatal de Seguridad Pública, reconoció mediante un comunicado que la ejecución de los últimos dos secuestradores presuntos “se dio cuando la Policía Estatal se replegó para permitir las diligencias por parte de la Fiscalía General del Estado, en torno a la recolección de indicios y levantamiento de cadáveres”.
LOS HECHOS
Ayer, cinco presuntos secuestradores de un ganadero o agricultor de nombre Armando se enfrentaron a la policía municipal de Tepexco –colindante lo mismo que Cohuecan con el estado de Morelos- cuando huían con su víctima a bordo de un auto Kia de color azul.
Se sabe que algunos pobladores se sumaron a los munícipes durante la búsqueda de los cinco sospechosos, logrando ubicarlos hacia las 12am, apenas una hora después del rapto, en la comunidad Los Reyes Teolco de Cohuecan.
Durante la persecución un hombre no identificado fue alcanzado en la cabeza por una bala perdida, perdiendo la vida instantáneamente. Según otra versión, pudo ser asesinado por negarse a entregar su camioneta a los que huían.
Hacia las 12:30 horas, los perseguidores lograron liberar al secuestrado y detener a dos sospechosos.
Transcurrida apenas media hora desde la captura, una turba de unas 250 personas entre las cuales hombres alcoholizados y armados, colgaron a los detenidos de un árbol próximo a la carretera. Luego bajaron los cuerpos y los llevaron a la comandancia de Tepexco, donde prendieron fuego a los cadáveres.
En camino a la comandancia la turba -o la SSP, en otra versión- había aprehendió a otras dos personas de nombres Orlando, de 16 años, y Julio de 32 años, vecinos ambos de la junta auxiliar Santa María Xonacatepec del municipio de Puebla.
Sin embargo, una vez quemados los cuerpos de los detenidos en Los Reyes Teolco, los linchadores sedientos de sangre sacaron de las celdas a Orlando y Julio, a los que asesinaron a golpes afuera de la comandancia municipal.
Pero los homicidas tumultuarios no habían saciado aún su furia.
Minutos después de las ejecuciones a golpes, un hombre ingresó al edificio de la Presidencia Municipal de Tepexco para preguntar sobre los sospechosos asesinados por la turba. En ese momento alguien gritó que él era un “jefe de los secuestradores”.
Acto seguido empezaron a patearlo y golpearlo con objetos contundentes, hasta matarle.
Para entonces eran casi las 3 de la tarde y cientos de miembros de la Guardia Nacional y de la policía estatal se hallaban desplegados en la región donde sucedía la masacre que se prolongó todo el miércoles, hasta entrada la noche.
Finalmente, hacia las 10pm la turba ejecutó a dos personas más que según versiones de las autoridades de Puebla, habrían permanecido escondidas en algún lugar del pueblo.
OMISIÓN POR TRADICIÓN
Así un grupo de pobladores borrachos y desalmados logró imponer su macabra voluntad aunque estuvo casi en igualdad numérica con los policías de Puebla y la flamante Guardia Nacional.
Con respecto a la masacre de Tepexco en el estado gobernado por MORENA, el marino Amezga justificó la omisión flagrante de autoridades federales, estatales y municipales al revelar que “había personas armadas” entre la horda de linchadores enloquecidos.
Convencido de sus propias palabras, el contraalmirante agregó que “no intervenimos para no causar daños mayores y más muertes”.
Por su parte, el titular de Gobierno dio a conocer que solo en lo que va de 2019 han sido asesinados 16 sospechosos en el marco de casi doscientos eventos de linchamiento público en Puebla.
Ante tal vacío de poder y la ausencia de legalidad, tradicionalmente los gobernantes de México se hacen de la vista gorda con el seudo argumento –reaparecido ayer en boca de las autoridades de Puebla- según el cual “la gente está cansada de la inseguridad”.
Con información de medios digitales de Puebla.