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A dos años de la elección del actual presidente Javier Milei, cuyo mandato llega a la mitad, Argentina se prepara en un ambiente cargado de tensión para una votación crucial el próximo domingo, misma que reparte 127 diputados (mitad de la Cámara de Diputados) y 24 senadores (un tercio del Senado).
Con el paso de las horas los ánimos de los protagonistas se han ido exacerbando.
Apenas ayer, Trump afirmó que “Argentina lucha por su sobrevivencia”, al justificar ante la prensa de la Casa Blanca su apoyo de 20 mil millones de dólares al gobierno de Javier Milei. Dos días antes, el lunes se había oficializado dicho apoyo extraordinario durante un desayuno de los mandatarios. Ahí, Trump puso una condición a los votantes argentinos: a su modo franco y directo, les advirtió que si votan de nuevo por la izquierda socialista, USA “no sería generoso” con el país.
Pocas horas después, la expresidenta Cristina Kirchner gambeteó al bote desde su prisión domiciliaria, para tildar “un modelo de humillación” la relación Trump-Milei. “Ya se ve que no mandan en Argentina los hermanos Milei, sino el FMI y el gobierno de Estados Unidos”, remachó.
En efecto, los presidentes aliados de Argentina y USA anunciaron desde la Casa Blanca a principios de octubre un acuerdo -oficializado el pasado lunes- consistente en la compra por el Departamento del Tesoro de pesos argentinos, más la apertura de una línea swap de dólares para inyectar liquidez a la economía, en total por un monto de 20 mil millones de dólares, cifra que podría duplicarse de ser necesario.
El antecedente inmediato de la votación del próximo domingo es la pasada elección de 7 de septiembre en el conurbado del puerto de Buenos Aires, donde se concentra 40% del voto nacional. Fuerza Patria, nueva coalición del peronismo kirchnerista y la izquierda ultra, obtuvo casi la mitad de la votación, 13 puntos arriba de La Libertad Avanza.
Tras lo que llamó “una gran derrota”, Milei ratificó: “El rumbo para el cual hemos sido elegidos en 2023 no se va a modificar, se va a redoblar”.
LIBERALISMO VS. PERONISMO
Actualmente la cámara de 256 diputados está fragmentada entre 24 partidos. La bancada mayoritaria es la coalición kirchnerista (98 diputados), seguida de lejos por La Libertad Avanza del presidente Milei (39 diputados) y el PRO del expresidente Mauricio Macri (35).
En el Senado de 72 asientos lideran la coalición kirchnerista Unión Ciudadana (15 senadores), la coalición de comunistas y extremistas Frente Nacional y Popular (15), y un liberal histórico afiliado en 1995 a la Internacional Socialista, la Unión Cívica Radical (13). Bastante atrás aparecen el PRO (7 senadores) y LLA (6).
A la fecha la Libertad Avanza, partido fundado por Milei en 2021, cuenta con 6 de los 72 asientos del Senado; y con 39 de los 257 de la Cámara de Diputados. Milei ha gobernado pues bajo la presión incesante de una todopoderosa oposición. Lo que el presidente quiera intentar en la segunda parte de su mandato y su posible reelección en 2027, dependerán en mucho del resultado del domingo.
En tal contexto, la fuerza política emergente con respecto al largo predominio peronista, sigue siendo La Libertad Avanza. Ello, aunque desde que Milei ganó el balotaje el 19 de noviembre de 2023, LLA mantiene básicamente el mismo tamaño de sus bancadas.
Aunque priva la prohibición de hacer propaganda y difundir encuestas prelectorales durante los días previos, a 72 horas de las votaciones el programa del conocido periodista Luis Majul divulgó conclusiones de una casa encuestadora, según las cuales LLA será la fuerza más votada.
LO QUE SE JUEGA
Si bien el gobierno Milei ha conseguido, merced a negociaciones con las fracciones legislativas, la aprobación de la Ley Bases, se vio obligado a vetar dos leyes aprobadas por la mayoría -una sobre financiamiento a universidades públicas y otra de “movilidad-, las cuales abrían una gruesa grieta al propósito de reducir el enorme déficit del gobierno.
Milei ganó la presidencia sorpresivamente merced a una oferta de reducción sustantiva del gasto del gobierno, ilustrada con una motosierra que cortaría empleos burocráticos y al cabo rebajó sustancialmente el costo del gobierno o gasto gubernamental, desbocado durante el kirchnerismo. Ante un escenario de depreciación acelerada del peso y barruntos de macro inflación, durante su primer año Milei logró reducir la inflación mensual a un digito, liquidó a decenas de miles de burócratas superfluos y aplicó una austeridad estricta.
Sin embargo, este año el precio del dólar y el riesgo-país volvieron a subir. Aunados al enorme costo social de la lucha contra el déficit fiscal, dichos factores impactaron la votación del 7 de septiembre, coinciden los analistas. Fue tras la dolorosa elección de Buenos Aires que Milei pudo convencer a Trump de apoyar su proyecto de salvamento de la nación argentina.
