Colombia: Gobierno de Duque Supera Prueba del ‘Paro Nacional’

Atracos a cajeros automáticos; contenedores de basura y protectores de negocios incendiados; destrucción de balconería en el Palacio de Liévano (Justicia), la alcaldía de Bogotá, la Catedral primada y el Congreso; insultos y ataques reiterados durante toda la tarde contra las fuerzas del orden, es parte del saldo provisional del paro convocado este jueves por la izquierda de Colombia.

Un colmo de la protesta fue la vandalización de un símbolo principal del chavismo venezolano y también de Colombia: la estatua del libertador Simón Bolívar.

El llamado paro nacional, seguido en vivo por los principales medios de comunicación de esa nación, reunió en varias ciudades, algunas bajo lluvia, a un total próximo a 150 mil personas, bajo cuya cobertura numerosos grupos violentos disputaron a la policía el control de las calles de la capital, Cali y Medellín (donde marchó Timochenko, el líder desmovilizado de las FARC).

Los marchistas corearon el “sin violencia” sugerido en redes sociales por el profesor Gustavo Petro, excandidato presidencial de la izquierda colombiana y exlíder desmovilizado de una guerrilla marxista apoyada desde Cuba. Sin embargo, a cada paso la multitud parecía alimentar a las elásticas vanguardias que atacaron a la policía.

En la Plaza Bolívar, el grueso de los manifestantes bogotanos marcó el final de la protesta cantando el himno nacional, y algunos se prestaron a recoger la basura derivada de la marcha, pero los disturbios se prolongaron hasta entrada la noche. Al momento, miles de manifestantes parecen dispuestos a asentarse indefinidamente en el centro político y simbólico de Colombia.

Por ahora los uniformados han logrado controlar, apoyados con drones y un helicóptero, a numerosos grupos violentos de encapuchados que les arrojaron botellas, piedras y adoquines, en base a recursos del protocolo policial como lacrimógenos y granadas de ruido o “aturdidoras”. Se reportan varios arrestos.

Un momento culmen del éxito de la policía, conducida por regla general a la defensiva, fue el envolvimiento de los ocupantes de la Plaza Bolívar, a los que al cabo del evento se ofreció una ruta única de salida.

El saldo básicamente incruento de la jornada respalda la intención pública del presidente Iván Duque, de tomar medidas para impedir la “chilenizacion” de una protesta cuyos motivos no están del todo claros. El mandatario colombiano recordó un amago reciente de Nicolás Maduro sobre tocar “turno” a Colombia, así como un reciente informe de la OEA que confirma la infiltración de agentes del Foro de Sao Paulo en Chile y Ecuador.

En respuesta, Duque ordenó cortar durante la jornada de protesta el tráfico en tres puentes sobre el río limítrofe con la dictadura de Nicolás Maduro. Hoy, el gobierno de Cali decretó un toque de queda para la noche como medida adicional de seguridad.