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Alfonso Sánchez García, un Político Diferente y Heterodoxo

Hijo del exgobernador Sánchez Anaya y sobrino-nieto del icónico don Emilio Sánchez Piedras

-Brevísima memoria de una charla sin testigo con el secretario de Infraestructura de Tlaxcala, en un proemio, un puñado de recuerdos y un colofón lamentoso-

 

FOTOS César Quiñones Durán

 

Fue divertido conocer al secretario Alfonso Sánchez García. Nos visitó escoltado por Anel, Karla y el amigo Gerardo Meneses, al caer la tarde.

Primera vez: curiosidad, desazón, nervio. Hasta perdimos la grabación de la charla. Algo técnico, lo normal.

Ya lo sabe pues el lector: lo que sigue es menos que subjetivo. Esto o nada.

Hay que chambear a contra-destino a veces… No hemos descubierto aún los reporteros cómo alimentarnos del aire.

 

Empresario de política cuna.

 

ENTREVISTA EN CÁPSULAS

Una

-Antes que arquitectura, estudié ingeniería en el Tec.

-¿Campus Monterrey?

-Campus Ciudad de México. Lo dejé cuando iba por quinto semestre. Quise hacer una pausa, tomarme un sabático.

Se extiende: “Cuando lo supo, me preguntó mi papá qué pensaba hacer. ‘Porque flojitos no he; y nada de semestre sabático’, me dijo. Entonces le entré a la instalación de una planta de agua purificada en terrenos del rancho, se llama La Submarina”.

A partir de entonces se hizo empresario. Es ahora un miembro distinguido de la Confederación Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

-¡No me gusta tanto la escuela! -revela inopinadamente, con traviesa sinceridad.

-¡Lo mismo me pasa! Tal como está en nuestro país -aclaro, solidario por algo más que deber de anfitrión.

Las aficiones de Alfonso completan un bosquejo del hombre. Es acuario; le gustan la combinación azul con gris, como viste; los tacos de barbacoa de Mi Rey y otra taquería sito en la salida de Apizaco hacia Tlaxco. Prefiere la peli Conoce a Joe Black y el libro Padre rico, padre pobre (“me marcó”).

Calcetines por colores.

 

Dos

-Eres hijo de un exgobernador y una periodista…

-No -sonríe Alfonso ante el equívoco.

-¿Cómo no?

-Maricarmen se apellida Ramírez García.

-Es cierto -caigo en cuenta. ¡Soy un estúpido! -me fustigo. Ofrezco disculpas.

-No hay problema, estoy acostumbrado. Mamá fue la primera esposa de mi papá. Se ha casado varias veces. Maricarmen es su tercera esposa.

-¡Galán el güerito de rancho! -bromeo con la célebre autodefinición de 1998.

Nomás se ríe nuestro afable entrevistado. Mientras platica en bola la mesa, me vuelvo a referir dos o tres veces a Maricarmen como “tu mamá”.

-No importa -disculpa invariablemente.

-¿Cómo va la relación con tu papá?

-Magnífico. Precisamente hoy comí con él.

-Un nombre como el de Alfonso Sánchez Anaya ¿más ayuda o pesa más?

-Me siento muy orgulloso de él. Desde mucho antes de que fuera gobernador.

-¿Por qué?

-Poco a poco me he ido dando cuenta. Un día me dijo algo Marcela, mi esposa, ella es más política que yo: ‘La gente quiere mucho a tu papá’.

Tenía razón. Al entrar en política lo he ido descubriendo. Recuerdo que una vez nos dijo a los cuatro hermanos: ‘Dinero no les voy a dejar; pero sí respeto; un nombre merecedor de respeto’. Lo cumplió.

-¿Qué más te gusta del papá que tampoco elegiste?

-Mira, soy como él muy ordenado. Mucho. Mi clóset parece de militar. La ropa y los calcetines en su lugar, los zapatos donde van. Cosas así.

Fue preseleccionado olímpico en remo.

 

Tres

Luce impecable a sus 54 años “el peñanieto de Tlaxcala” (expresión de un colega que solicitó anonimato). No se parece al moreno expresidente, sino a su propio progenitor.

Llega a la política después de probarse en el exigente campo del emprendimiento. Se nota, parece preferir la franqueza y la espontaneidad al disimulo y el cálculo. No es pues el perfil de Alfonso tan habitual en un país plagado de “políticos profesionales” de toda la vida.

-¿Cómo entraste a la política?

-Comencé al lado de mi papá, cuando anduvo en la fundación de MORENA. En esas también me tocó ser un fundador en Tlaxcala.

Luego Lorena me empezó a jalar. Nos caímos muy bien desde el principio. Me pidió que la ayudara con la delegación de Segob; y finalmente, en la secretaría.

-Una trayectoria breve pero fulgurante. ¿Con qué te quedas de la experiencia en Infraestructura?

-Con dos Unidades Médicas incluidas en el programa de los primeros cien días. Me comprometí ante la gobernadora a lograrlo en tiempo récord, y cumplimos.

El trasfondo de la charla esconde un tema tabú: Alfonso es de facto pre-gallo para la candidatura de MORENA a senador por Tlaxcala. Todo mundo lo sabemos; mas una abogada recomienda precaución.

-México parece cada vez menos una democracia, por tantas prohibiciones legales y consensuadas -exploto.

Ergo, nuestro invitado no puede decir en público que tiene interés en probar suerte en la ruleta de senadores, faltando apenas medio año para las votaciones. ¡Para Ripley!

-Sergio no tuvo problema hace una semana -contrapunteamos. ¿Acaso se expuso a una impugnación legal?

Asiente la abogada.

Un equipo en Código.

 

COLOFÓN LAMENTOSO

Se agota la arena del tiempo. Lo espera otra entrevista. Quedan varias preguntas en el tintero.

-Te gustaría más ir en fórmula ¿con Dulce o Ana Lilia? -sería una.

“No le dije secretario ni una vez… ¿Fui irrespetuoso?” -lamentaré al momento de redactar la nota.

-Debió darle su lugar -admonitoria dulcinea, desde la cocina.

“Es alegre y divertido. Sonríe siempre, debió ser por eso. Para no romper el momento” -absolverá a solas mi doppelganger.

Naturalidad del entrevistado.

 

Afuera la noche se ha puesto fría. Parada en la cajuela del coche del Droopy, por unos libros que fueron de don Antonio Sagasti; y de vuelta a casa.

A la hora en que la ciudad recoleta comienza a recogerse.

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