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El gobernador de Tlaxcala Marco Mena firmó este lunes con Enrique Cabrero Mendoza, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), un convenio de entrega en comodato al Consorcio de Investigación y de Innovación Citlax, de la polémica Plaza Bicentenario, al fin de respaldar la investigación y la formación de capital humano enfocadas en los ramos productivos de autopartes, química, textiles y turismo, las cuatro principales áreas de desarrollo del estado.
Durante el evento realizado en la explanada del inmueble, se detalló que el acuerdo permitirá remodelar el edificio en función de los requerimientos de cinco laboratorios de investigación especializada.
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Ante un grupo de invitados entre los que destacaron la alcaldesa capitalina, Anabell Ávalos Zempoalteca, el titular de Desarrollo Económico del estado, Jorge Luis Vázquez, y el director del Centro de Química Aplicada (CIQA), Oliverio Rodríguez, Marco Mena y Enrique Cabrero coincidieron al señalar que el acuerdo apuesta a la aplicación del conocimiento a la economía para potenciar mediante la innovación el desarrollo económico de Tlaxcala.
El gobernador Mena informó que merced al convenio, “Tlaxcala recibirá investigadores de cinco centros CONACYT para vincular la investigación científica y tecnológica con el entorno productivo, así lograremos que un inmueble abandonado vuelva a tener utilidad pública”. “Insistiremos en que la investigación se vincule de forma directa con la forma de vida y posibilidades de crecimiento de Tlaxcala”.
En su turno, Cabrero Mendoza apuntó que “el Citlax se adecuará a la infraestructura científica del Estado, propone el mejoramiento de la oferta de ciencia, tecnología e investigación para que esta región pueda transitar hacia una economía del conocimiento, este consorcio ofrecerá opciones”.
Hace dos sexenios un mandatario de extracción panista, Héctor Ortiz entregó inacabada la Plaza Bicentenario, y luego su sucesor priista, Mariano González Zarur, la declaró inhabilitada por presentar defectos de construcción, así que estuvo abandonada durante casi 8 años. Devenido en refugio de novios curiosos, el inmueble fue más unos cien metros de altura fue escenario de accidentes, algunos mortales, lo que alimentó su fama de “edificio maldito”.
En su campaña, el actual gobernador Mena ofreció revisar el también llamado “elefante blanco” de la administración orticista, con la intención de sacar algún provecho a la malograda inversión de 400 millones de pesos de dinero público.
