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La Rabia Refundacional /Sebastián Izquierdo (Chile)

 

El estallido social nos dejó con más interrogantes que respuestas. Las más de 3.300 acciones de protestas que se dieron en los días posteriores al 18 de octubre de aquel año, dejó ver un malestar latente en las movilizaciones, las cuales muchas veces fueron empañadas con incomprensibles actos de violencia. La ciudadanía y élites políticas parecían no entender nada; es que no habían ni demandas específicas ni representantes.

Entonces, el cambio constitucional figuró como la mejor respuesta -cuando solo reflejaba un 3,5% de las demandas callejeras (Observatorio COES)- ofreciendo una modernización institucional, con el respaldo de la esperanza de la mayoría.

En Chile triunfó la violencia, advirtió en octubre de 2019 Uta Thofern, redactora para América Latina de la agencia alemana DW. (dw.com)

 

Ese sentir llevó a alojar dicha esperanza en los encargados de llevar a cabo el proceso, y así lograr los acuerdos necesarios para transformar nuestras instituciones; no demolerlas. Sin embargo, tras la reciente votación de normas, hemos visto que gran parte de los convencionales han optado por la rabiosa revancha, antes que aquella ilusión que dio origen al proceso. Dejando de lado las expectativas frustradas, vulnerabilidades no resueltas y las desigualdades injustificadas, una fracción relevante y bulliciosa de la Convención ha transformado esta causa en un campo de batalla que nos aleja de los anhelos de una transformación estructural.

Han impuesto cambios en el lenguaje, dando paso a un disruptivo discurso normativo y político que no se conocía. La denominada “izquierda decolonial”, que insiste en renunciar a la modernidad, ha tomado cada vez más fuerza.

Tras pausa por primera ola de la pandemia, las protestas reiniciaron en septiembre de 2020. (elperiódico.com)

 

Aldo Mascareño, quien ha estudiado este pensamiento, advierte que esto es tan perjudicial para la socialdemocracia, como para la izquierda marxista; pues ambas son hijas de lo contemporáneo. Son cerca de 60 los convencionales que han dejado relegadas las preocupaciones clásicas de la izquierda, volcándose a los tiempos de la colonización, donde el foco estaba en la dominación política y económica, el desalojo de los pueblos indígenas y la explotación de sus recursos.

Esa idea de dominación epistémica que culminó por sobreponer una cosmovisión europea al mundo no occidental colonizado los llevó a suponer que solo se puede extirpar reprimiendo la herencia de la Europa de entonces. Así, sus ideólogos, prácticamente todos latinoamericanos que escriben en inglés y se capacitan en universidades de aquel continente que tanto repudian, usan esta artificiosa separación binaria entre modernidad y decolonialidad -más por estrategia que por honestidad-, a pesar de que la ciencia moderna tiene años de investigación teórica y empírica profunda sobre esta interrelación.

Imagen de la Convención constitucional surgida de las protestas radicales de 2019. Agencia Uno/latercera.com.

 

Conceptos como “buen vivir”, “derechos de la naturaleza” o “decrecimiento”, son propios de este pensamiento. Estos han sido ponderados en el trabajo constitucional, por sobre los múltiples e infinitos anhelos que tiene la ciudadanía.

De seguir así, esto solo terminará por dañar la posibilidad que se nos dio para alcanzar acuerdos sustantivos, capaces de interpretar la esperanza y no la rabia refundacional. Solo espero que los 2/3 que se pueden conformar entre el liberalismo y la izquierda moderna, no sigan aceptando esta lógica del todo o nada de aquella “izquierda decolonial”.

 

Selección de fotos, y pies de foto, por CT

 

ENLACE

La rabia refundacional /Sebastián Izquierdo, La Tercera (Chile), 7 Feb

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